Baiona - La nueva línea ferroviaria de alta velocidad que une Tours y Burdeos ha conseguido un gran éxito en sus primeros meses de funcionamiento. Desde su inauguración a comienzos de julio, más de un millón de personas han viajado entre las capitales de Francia y Aquitania, lo que supone un aumento del 75% con respecto al verano de 2016. La nueva línea de alta velocidad -340 kilómetros en los que se han invertido 7.800 millones de euros- permite viajar en 2 horas y cuatro minutos entre Burdeos y París, lo que supone reducir en una hora el tiempo anterior de viaje. Entre el País Vasco y París el viaje duraba cinco horas pero desde la puesta en marcha de la nueva línea, los usuarios realizan el trayecto exactamente en 3 horas y 53 minutos. Burdeos se ha convertido así en el segundo destino más concurrido después de Lyon, con casi todos los trenes diarios prácticamente al completo. Y la SNCF pone a la venta 35.000 plazas a diario entre Burdeos y París.
El proyecto, que vio la luz a comienzos de la década de los noventa, comenzó a tomar cuerpo en 2012 con la puesta en marcha de la mayor obra de alta velocidad de Europa. Todos los tramos de la nueva línea -que atraviesa seis departamentos del suroeste francés- se han construido de forma simultánea y en los últimos cinco años ha dado trabajo a 8.500 personas. La nueva red cuenta, en total, con 1.400 kilómetros de vías de alta velocidad, 500 puentes, viaductos y túneles, 14.000 postes eléctricos y 800 pasos elevados para los animales. Parte de los trenes han sido construidos en La Rochelle. Además, todos los vagones ofrecen wi-fi y más espacio para las personas con discapacidad.
Cambio Profundo Además de la línea hacia Burdeos, también se inauguró recientemente otra nueva red de alta velocidad que une París y Rennes en tan sólo una hora y 26 minutos. El presidente de Aquitania, el socialista Alain Rousset, que en los últimos años ha impulsado la construcción del corredor atlántico junto con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y la presidenta de Nafarroa, Uxue Barkos, destaca el impacto que la nueva línea tiene en el sector turístico. En la actualidad, con 13 millones de visitantes cada año, el turismo representa el 8% del PIB de Aquitania.
La nueva infraestructura ha impulsado la renovación de la estación de trenes Saint-Jean de Burdeos, con una inversión de 200 millones de euros. Los alrededores de la estación también están siendo renovados con la construcción de pisos y oficinas, y la revalorización de las viviendas actuales. Se calcula que en los próximos 15 años, Burdeos y su comarca contarán con 250 000 nuevos habitantes.
El ministro galo de Medio Ambiente, Nicolas Hulot, señala la importancia de mejorar ahora el metro y los trenes de cercanías que, sólo en Aquitania, transportan cada día a 57.000 usuarios pese a que a menudo el servicio deja mucho que desear. La SNCF pierde cada año un 5% de sus clientes en estas líneas por lo que el gobierno regional de Aquitania ha decidido realizar una inversión de 485 millones de euros para mejorar el servicio.
Los sectores hostiles al TAV han criticado el aumento de los precios de los billetes y la desaparición del tren nocturno Palombe bleue que en las últimas décadas salía de Hendaia por la noche para llegar a París a primera hora de la mañana. Y advierten de que los nuevos trenes no llegarán antes a París-Montparnasse. Pese a que el viaje dura una hora menos, gran parte de los trenes seguirán llegando a París a la misma hora de siempre porque saldrán del País Vasco una hora más tarde de lo habitual. El portavoz del colectivo ecologista CADE, Víctor Pachon, reconoce que los viajeros pasarán una hora menos en el tren pero advierte de que no llegarán antes a su destino.
Si el TAV es ya una realidad entre París y Burdeos, todo apunta a que habrá que esperar hasta 2027 para que llegue a Dax; y no hay fecha para su construcción entre esta ciudad de Las Landas y Lapurdi. Hace unas semanas, el Tribunal Administrativo ordenó a varias instituciones que financiaran la nueva infraestructura aunque se encuentre fuera de Aquitania. El Consejo Departamental de Pirineos Atlánticos tendrá que pagar 19 millones de euros y la Mancomunidad de Iparralde otros 14.
En los últimos años, gran parte de los electos y habitantes de Iparralde han protagonizado las mayores manifestaciones nunca celebradas en este territorio para protestar, precisamente, contra la construcción de una nueva línea ferroviaria entre Baiona y Hendaia. Critican que se gasten varios millones de euros para ganar, a su juicio, tan sólo unos minutos.