pamplona - Un informe elaborado el año pasado por media docena de técnicos del Gobierno de Navarra de tres departamentos distintos -Interior, Desarrollo Económico y Medio Ambiente- ha supuesto la piedra an-gular para que el Ejecutivo foral contemple en los presupuestos del próximo año el encargo de un informe al máximo nivel, con expertos internacionales, sobre la seguridad de la presa de Yesa, además de exigir la paralización de las obras de recrecimiento hasta la culminación de este documento. Dicha comisión interdepartamental para el seguimiento de estas obras y los riesgos que conlleva en materia de protección civil expone en sus conclusiones que la Confederación Hidrográfica del Ebro subestima los riesgos en Yesa, puesto que “la confluencia de distintos factores naturales y antrópicos arrojan importantes incertidumbres sobre el estado de la seguridad del embalse y de la ladera”.
Posteriormente a la elaboración de este informe, en agosto de 2016, la comisión se reunió con técnicos de la Confederación Hidrográfica del Ebro encabezados por su presidente Raimundo Lafuente, donde mostraron sus discrepancias sobre los coeficientes de seguridad y sísmicos a tener en cuenta, y ya en febrero de 2017, una vez emitido por el organismo de aguas el último informe sobre el comportamiento de la ladera, la comisión navarra ratificó sus conclusiones: “Siguen existiendo importantes incertidumbres en relación con la seguridad de la ladera, no quedando clara la situación actual después de las actuaciones de emergencia, ni las necesidades de nuevas obras complementarias en una ladera que la CHE ya considera estable, ni la eficacia de las nuevas obras anunciadas, que se podrá evaluar cuando la CHE presente el proyecto junto con estudios actualizados”.
Los técnicos informan que “la mayoría de estos condicionantes se encuentran del lado de la inseguridad” y así enumeran varias cuestiones cruciales en este puntos. Según los analistas, la inseguridad de Yesa la motiva: la geología de la zona, muy variada y complicada, con existencia de paleodeslizamientos y deslizamientos actuales; la estimación errónea histórica de los parámetros geotécnicos; el coeficiente o factor de seguridad de la ladera derecha que no es definido con precisión por la CHE (Se estima como cercano a uno, en todo caso, inferior a 1,25; las obras complementarias de la ladera que están en proyecto como última fase de refuerzo de la estabilización, en una ladera que la CHE ya considera estable o al menos que no tiene movimiento significativo; los parámetros de cálculo sismológico que, aun cumpliendo la norma sismoresistente vigente cuando se redactó el proyecto, son inferiores a las nuevas propuestas de modificación de la norma y a los estudios históricos de la sismología de la zona; las dudas sobre el comportamiento del embalse recredido en relación con la seguridad de la presa y la ladera derecha (comportamiento frente a embalse-desembalse rápido, pantalla de hormigón rígida impermeable en cuerpo de la presa en ladera que presenta movimientos); y el plan de emergencia implantado es cuestionado en cuanto a la eficacia de las alertas sonoras en la población de Sangüesa y en el tiempo necesaria para una evacuación efectiva.
auditoría de las obras y más A raíz de estas conclusiones, la comisión emite una serie de recomendaciones para corregir tales deficiencias y entiende que se debe hacer una “auditoría de las obras de emergencia y revisión de lo proyectado, ejecutado y certificado” y evaluaciones tanto de los coeficientes o factor de seguridad en la situación actual como tras el emabalse y desembalse rápido de la presa recrecida y la reevaluación de las acciones de sismo en base a la revisión de la normativa propuesta. También aconsejan “establecer un factor de seguridad objetivo a alcanzar en dicha ladera” y, en cuanto al Plan de emergencias, que se evalúe la eficacia de las alarmas sonoras y se realicen simulacros de evacuación.
Por último, recuerdan que quien promueve la ejecución de las obras de recrecimiento (CHE) debe estar en condiciones no sólo de garantizar la absoluta seguridad del proyecto, sino también de someter sus criterios y actuaciones al escrutinio de especialistas de reconocido prestigio a nivel mundial.
Para la confección de este informe, el grupo interdepartamental consistuido mantuvo trece sesiones de trabajo que se comprendieron entre el 3 de febrero y el 21 de junio de 2016. En las primeras reuniones se debatieron informes tanto de la CHE así como de otros técnicos especializados y en las citas posteriores los técnicos compartieron mesa de trabajo con los geólogos Antonio Casas, de la Universidad de Zaragoza, Antonio Aretxabala, del Colegio de Geólogos de Navarra, y el representante de Yesa + No Iker Aramendía. Los representantes de la CHE solo acudieron a una reunión en agosto tras tres citas fallidas.
LAS CAUSAS DEL DESLIZAMIENTO El grupo de técnicos recuerda que el deslizamiento de la margen derecha parece obedecer a diversas causas concurrentes, siendo la principal las obras de excavación del estribo de la margen derecha en dos fases (2003-5 y 2011-12). Otras causas contribuyentes pudieron ser las elevadas precipitaciones de 2012 (posteriores a la detección de los primeros movimientos) y algunas otras de escasa contribución. El análisis de los distintos deslizamientos ya sugería antes de la confección de este documento que “los parámetros de cálculo de la estabilidad de las laderas eran erróneos y del lado de la inseguridad, principalmente el ángulo de rozamiento interno, que baja de 24º a entre 18 y 20º” según cuatro estudios.