Ayer no era día de hacer apología de unos datos que reflejen lo hecho para mitigar los daños personales ocasionados por la pobreza o la exclusión social, dos escenarios que ya existían antes de la resistente crisis. Ayer era día para compartir experiencias y planificar las prioridades con el objetivo de tratar de recomponer la maltrecha sociedad del bienestar y poder hacer extensibles sus dividendos sociales al conjunto de la ciudadanía: empleo, educación, vivienda, sanidad?.

Un hecho sobre el que Euskadi lleva tiempo dando ejemplo; y del bueno, como subrayaba Carlos Susías, presidente de la Red Europea de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España (EAPN, por sus siglas en inglés). “El sistema de protección ha permitido que la crisis haya transitado de otra manera”, sostenía al tiempo que enfatizaba que Euskadi “ha sido un ejemplo porque su estructura de protección social” ha permitido que el impacto de esa crisis haya sido menor.

Insistía Susías durante su intervención en el III Congreso Estatal de Participación organizado en Bilbao por la EAPN que este hecho diferencial vasco ha sido posible gracias al apoyo de entidades sociales y la implicación de las distintas administraciones en todos sus niveles. “Así es como se demuestra que las políticas de protección social también son políticas de desarrollo económico; y de un desarrollo equitativo y justo. Y eso, hay que potenciarlo” sentenciaba.

Oportunidad tendrá el Gobierno vasco de hacerlo próximamente [el 17 de noviembre] en la ciudad sueca de Gotemburgo durante la llamada Cumbre de Europa sobre los Pilares Sociales. Hasta allí se desplazará una delegación para compartir las experiencias de Euskadi, pero también para trasladar a los apoderados de otros países las conclusiones, aportaciones y demandas que se puedan desprender del simposio que se celebra hasta hoy en la capital vizcaina. Ese fue el compromiso adquirido ayer por el lehendakari Iñigo Urkullu, presente en el acto de apertura de estas jornadas.

“Este compromiso constituye un paso más en el trabajo que venimos realizando con el Tercer Sector Social con el que EAPN ha contribuido desde su inicio y yo lo agradezco. Nos tenéis a vuestro lado para convertir en realidad los valores que consideramos básicos en la Unión Europea que estamos definiendo, desde el compromiso con la justicia y la inclusión social”, decía el lehendakari. Urkullu recordó las seis palabras [Dignidad, Libertad, Igualdad, Solidaridad, Ciudadanía y Justicia] con las que debe cimentarse el pilar social de una Unión Europea “más humana, solidaria, avanzada y unida” que encajan con la disposición y con las actuaciones lideradas y encomendadas por el Ejecutivo vasco.

La meta es poner a la ciudadanía y a sus necesidades en el centro de la acción política y, de este modo, reducir las crecientes desigualdades y los preocupantes niveles de exclusión social. Por eso, como manifestaba el lehendakari, “considero un acierto que EAPN se haya centrado en la participación de las personas en situación de exclusión, con la intención de servir de voz y de plataforma a sus propias necesidades y propuestas” que serán exportadas por la delegación vasca a Gotemburgo a mediados de noviembre.

Visión integral El discurso de Urkullu cerraba el acto protocolario de ayer en el que también tomaron parte el alcalde de Bilbao, Juan María Aburto; el secretario de Estado de Servicios Sociales e Igualdad, Mario Garcés; y los presidentes de la Red Europea de la Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social en España y en Euskadi, Carlos Susías y Manu Moreno, respectivamente. Todos ellos coincidieron en la necesidad de abordar desde una perspectiva integral los escenarios de marginación existentes.

Describía Susías que la mochila de la pobreza no es consecuencia de la crisis, que es un fenómeno inseparable a cualquier sociedad y que, eso sí, “se ha hecho más intensa” y se ha expandido a otras capas sociales en estos últimos años. Por eso, a su juicio, la pobreza no debe ser afrontada únicamente desplegando una cartera de servicios sociales. “También hacen falta medidas en sanidad, empleo y educación, así como políticas económicas y fiscales justas y redistributivas”, enfatizó al tiempo que recordó que la inclusión social “es un motor de desarrollo, no su consecuencia”.

Por eso, agregaba el presidente de la EAPN en España, la recuperación y el crecimiento económico por sí solos no acabarán con las situaciones de pobreza y de exclusión social, sino que “hacen falta medidas específicas para que esa recuperación llegue a todo el mundo y venga acompañada de una recuperación social”. Una reflexión en la que ahondó su homólogo en Euskadi, Manu Moreno, cuando animó a integrar en las agendas políticas esos escenarios de desamparo hasta ahora marginados. “Queremos ser parte de la solución”, apostillaba Moreno.

Otra de las opiniones que ayer también se dejó escuchar fue la del alcalde de Bilbao, Juan María Aburto, quien precisamente reivindicaba una ciudad de valores y cohesionada y apelaba a la función de la política como instrumento para mejorar la vida de las personas. Y lo hacía de un modo especial, dando voz a un poema de Gloria Fuertes: “La gente dice: Pobres tiene que haber siempre y se quedan tan anchos, tan estrechos de miras, tan vacíos de espíritu, tan llenos de comodidad. Yo aseguro con emoción que en un próximo futuro sólo habrá pobres de vocación”.