bilbao - El impacto del rotavirus en las gastroenteritis agudas en niños de menos de cinco años ha disminuido en los últimos veinte años, pero sigue siendo responsable del 10% de los casos de esta enfermedad, un porcentaje que se eleva al 30 % en época invernal. Además el rotavirus es la primera causa de hospitalización debido a gastroenteritis aguda en niños pequeños. Estas son algunas de de las conclusiones de un estudio elaborado por la Universidad del País Vasco y Biodonostia que ha analizado la epidemiología de la infección por rotavirus en Gipuzkoa, el impacto de la enfermedad y los genotipos circulantes entre los años 1995 y 2015

Según las estimaciones de la OMS, en 2013 se produjeron más de 200.000 muertes de niños asociadas a gastroenteritis aguda por rotavirus en el mundo, la práctica totalidad de los casos en países en vías de desarrollo. En los países desarrollados, la mortalidad debida al rotavirus es muy baja, pero genera una carga asistencial importante a los sistemas de salud. A pesar de ello, “es una enfermedad poco estudiada en cuanto a sus características epidemiológicas, es decir, estacionalidad, distribución por edad e incidencia, y los genotipos (subtipos de virus) circulantes. Por ello, este trabajo aporta nuevos datos que pueden ser relevantes a la hora de tomar decisiones en materia de salud, como la implementación o no de la vacunación frente al rotavirus, por ejemplo”, afirma Ainara Arana, autora de la investigación realizada en la UPV/EHU y Biodonostia.

Durante los veinte años de investigación, se ha observado un descenso tanto en las muestras extrahospitalarias como en el número de casos hospitalizados a causa de gastroenteritis por rotavirus. “Este hecho podría estar relacionado con un mejor manejo de las diarreas infantiles en el ámbito familiar, mejoras en la atención sanitaria, y un mayor uso de las soluciones de rehidratación oral, que aportan fluidos y sales para evitar el riesgo de deshidratación, sobre todo en niños muy pequeños. Así, muchos de los casos son tratados en casa por los padres, y no llegan al hospital”.

Por otro lado, durante el último quinquenio del estudio se ha observado un retraso del comienzo de las epidemias. “En los países del sur de Europa (España, Italia...) las epidemias empiezan normalmente en torno a noviembre, y en países situados más al norte, como el Reino Unido, comienzan más tarde, hacia enero. Sin embargo, hemos visto que en nuestro entorno, a partir de 2011, el inicio de la epidemia se ha retrasado hasta enero o incluso febrero, y tiende a igualarse con los países del norte de Europa”, añade Arana.

En cuanto a las causas de dicho retraso, “podría deberse al cambio climático o al hecho de que algunos países europeos cuentan con una mayor cobertura de vacunas, aunque se trata de simples hipótesis”. La autora del estudio subraya la importancia de “vigilar las cepas que circulan en nuestro medio, para saber si las vacunas existentes en el mercado continúan siendo eficaces, puesto que podrían aparecer nuevos genotipos, que aconsejen la modificación de la composición de las vacunas actuales”. - DNA