Bilbao - A la vejez no todo son achaques. Que se lo digan a ese 10% de vascos de más de 70 años que viven sin tomar ni una pastilla y que cuentan con los dedos de una mano las veces que van al médico cada año. Ni un fármaco para la osteoporosis, ni un triste omeoprazol. Ni siquiera el famoso anticoagulante que parece asociado a la palabra jubilado. Tienen la tensión como un reloj y mantienen el colesterol a raya.

Estos mayores sanos como un roble aparecen recogidos en datos objetivos del departamento vasco de Salud. “Las personas sanas de más de 70 años son un 10% de la población y estas cifras son bastante espectaculares porque estamos hablando de que no toman pastillas, ni siguen ningún tratamiento, ni necesitan oxígeno, ni nada de nada... Estos serán los futuros centenarios, seguro”, afirmó en una comparecencia reciente en el Parlamento Vasco, la directora de Salud Pública, Miren Dorronsoro. La responsable sanitaria no ocultó, sin embargo, que “hay otro 60% de mayores que sufren enfermedades crónicas. Esto ya son cifras esperables, pero tampoco son más elevadas de lo que ponen de manifiesto los informes norteamericanos o ingleses”.

En el capítulo de frágiles, la gente que requiere de algún tipo de ayuda médica y asistencial, Euskadi cuanta con un porcentaje que oscila entre un 19% y un 20%. Los dependientes se elevan a un 8%, y al final de la vida se encontraban en el momento del estudio, un 1% de los mayores.

Los datos corroboran otras estadísticas que maneja Osakidetza y que aseguran que la proporción de personas que perciben su salud como buena o muy buena ha aumentado cerca de un 30% durante la última década en Euskadi, situándose en el 78% en las mujeres y el 82% en los hombres. Así se desprende de la Encuesta de Salud de la CAV 2103, que desde el año 92 ofrece cada quinquenio una fotografía fidedigna de la salud de la población vasca.

La encuesta revela asimismo que la esperanza de vida libre de discapacidad, respecto al año 2007, se ha mantenido más o menos estable en los hombres (disminuye 0,3 años) y ha disminuido en las mujeres (1,8 años). No obstante, respecto a 2002, ha aumentado 1,7 años en los varones y 0,7 en las féminas.

Estos mayores libres de medicamentos siguen a rajatabla las últimas tendencias en salud que abogan por renunciar al exceso de fármacos que se prescriben y devuelve la responsabilidad de la salud a factores como el ejercicio o la dieta. Es de esa opinión el doctor Juan Gérvas, coordinador del Equipo CESCA, una asociación científica de investigación en Atención Primaria. A su juicio, “hemos permitido que muchísimas situaciones que no son enfermedad se traten con medicamentos”. Este facultativo ya jubilado defiende una medicina prudente y humana “frente a otra sin límites que genera una sociedad médico-dependiente”.

revolución de la longevidad Y todo porque las autoridades sanitarias son conscientes de que se necesita un esfuerzo social de gran magnitud para afrontar la “revolución de la longevidad”, convertida en Euskadi ya en un paradigma. A modo de ejemplo, los mayores vascos de 80 años se han duplicado en las dos últimas décadas y las proyecciones demográficas anuncian que contaremos con 3.000 personas centenarias en el año 2029, con claro predominio del sexo femenino. El número de mujeres de esas edades será cinco veces mayor que el de los hombres.

Lo más llamativo de ganar años a la vida es el gran incremento de octogenarios que están logrando invertir la pirámide poblacional. Se estima que para 2029 habrá más de 200.000 personas de 80 y más años en Euskadi, lo que supondrá un 9,9% de la población total y un 34% de la población mayor.

Este boom de seniors provocará que la población que supera los 64 años sumará dentro de solo tres años 110.000 efectivos más con relación al año 2005. Para afrontar este reto, la sociedad vasca debe asumir un cambio en profundidad de su estructura, su diseño y sus políticas públicas. Y para dar la respuesta adecuada a este nuevo mapa demográfico ya se han iniciado políticas de prevención dirigidas al envejecimiento saludable con especial atención a la alimentación y prevención del sobrepeso y la obesidad.