SANTIAGO DE COMPOSTELA - Apenas unos minutos antes de las 20.40 horas del miércoles 24 de julio de 2013, hoy hará cuatro años, descarrilaba a escasos dos kilómetros de la estación de Santiago de Compostela el tren Alvia 04155 causando 80 muertos y lesiones a otros 144 pasajeros.

Las víctimas y sus familiares no olvidan y hoy marcharán por las calles de la capital gallega para exigir justicia y responsabilidades políticas, por una tragedia que creen podía haberse evitado.

El conocido como accidente de Angrois, por ser este el nombre del barrio donde aconteció, ha dado un drástico giro tanto político como judicial en el último año. Desde el punto de vista político, porque la nueva dirección del PSOE, contrario hasta ahora a que se constituyese una comisión de investigación en el Congreso, rectificó y ha formalizado que se investigue la tragedia ferroviaria.

Judicialmente, el cambio también ha sido importante, una vez que el juez imputase a quien en el momento del accidente era el director de Seguridad en la Circulación de Adif, Andrés Cortabitarte, y el Gobierno europeo instara a Fomento a acometer una nueva investigación “independiente” del accidente.

Fue en mayo del año pasado cuando la Audiencia Provincial de A Coruña ordenó al juzgado compostelano reabrir el caso, que el segundo juez instructor, con el apoyo de la Fiscalía, había cerrado con el maquinista como único imputado.

Las víctimas y familiares del Alvia 04155 no olvidan y hoy conmemorarán el cuarto aniversario del accidente con una marcha por las calles céntricas de Santiago de Compostela. Justicia y verdad será la reivindicación de una movilización que afrontan con el ánimo renovado tras el cambio en la causa, tanto político como judicial. La manifestación concluirá en la Plaza del Obradoiro pero partirá de la estación de tren de la capital gallega, una forma con la que los afectados por el accidente quieren hacer visibles la responsabilidad que según ellos tienen Renfe y Adif por la falta de sistemas de seguridad en el propio convoy y en la vía al no tener instalado el mecanismo de seguridad ERTMS, con el que el tren nunca habría llegado tan rápido a la curva de A Grandeira. - Efe