Bilbao - En menos de 48 horas, tres presuntos suicidios de personajes populares han sacudido a la opinión pública. La primera muerte conocida era la de Miguel Blesa que se disparó un tiro en el pecho en una finca de Córdoba. Un día más tarde aparecía el cuerpo de la famosa cazadora y bloguera de 27 años Melania Capitán en una granja de Huesca después de que presuntamente se quitara la vida. También ese día moría ahorcado Chester Bennington, cantante de Linkin Park. Un goteo al que se suma la muerte voluntaria de personas anónimas, cuyo fallecimiento no trasciende. Se sabe que solo en España, las muertes por suicidio duplican ya a las de accidentes de tráfico y son setenta veces mayor que las causadas por violencia de género. De hecho, según la OMS, son la causa de la mitad de los casos de muerte violenta.

Esta tragedia silenciosa también se ceba con Euskadi, donde se suicidan cada año, alrededor de 170 personas, según el Eustat, aunque se estima que los intentos de suicidio son veinte veces más. En concreto en 2015 se registraron 167 muertes englobadas en este concepto. Por cada mujer que se quitó la vida en 2015, hicieron lo mismo tres hombres, aunque los intentos son más entre las primeras. La mayor parte tiene entre 40 y 49 años, aunque si se miden las tablas de población, el mayor porcentaje se da entre mujeres de más de 65 años y en el caso de los varones, a partir de los 70. Un año antes, en 2014, se suicidaron 186 vascos, lo que arroja el trágico balance de una persona cada dos días.

Durante mucho tiempo, el suicidio ha sido un tema tabú, una cuestión silenciada porque se ha considerado que hablar de ello podía ser perjudicial y generar un efecto contagio. Pero dada la magnitud del problema, muchos ya reclaman sacarlo del ámbito privado y hacerlo visible como Beatriz Becerra, vicepresidenta de la subcomisión de Derechos Humanos en el Parlamento Europeo.

Además, el suicidio es la primera causa de muerte externa con 3.602 fallecimientos en 2015. “Los intentos de suicidio son la tercera parte de nuestra actividad diaria en hospitalización”, señaló recientemente el doctor José María Galletero, director médico de Avances Médicos (AMSA), centro especializado en psiquiatría y psicología de Grupo IMQ. De hecho, una de las razones por las que una persona está hospitalizada dentro de un servicio de Psiquiatría es porque ha habido un intento de suicidio. “El reto es estar con el paciente y tratar de conectarlo con la vida”, explicó el experto de AMSA.

“Cada suicidio tiene su propia historia, no hay dos iguales, porque detrás de cada uno hay una historia personal y muy diversa que abarca muchos factores: psicológicos, laborales (desempleo), económicos, padecer una enfermedad crónica incapacitante y/o dolorosa, etc.”, subrayó el especialista de IMQ.

730.000 personas en riesgo Los estudios también dan fe de la gravedad del fenómeno. Así, un informe elaborado por investigadores del Instituto de Matemática de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) determina que en el año 2020 la población española en riesgo alto de suicidio podría alcanzar las 730.000 personas. Para el trabajo, se ha aplicado un modelo que tiene en cuenta diversos factores como pobreza económica, consumo de alcohol y drogas, estrés emocional y laboral, así como datos sobre enfermedades mentales.

La cifra de 730.000 personas que en algún momento habría intentado suicidarse supone el 2% de la población, según el estudio, que también determina que otras 700.000 personas lo habrían ideado, según explicó a Efe el director del Instituto de Matemática Multidisciplinar de la UPV, Lucas Jodar.

Para el investigador, “la población de suicidios de partida representa la parte visible del iceberg que son las cifras oficiales de suicidios, muy inferior a la real, obtenidas del INE”. Según los datos del estudio, a finales del año 2020, se habrá reducido en casi 1,5 puntos el porcentaje de población española sin riesgo alguno de suicidio, ya que se pasa de más del 85% registrado en julio de 2015 al 84% que se refleja a finales de 2020. Igualmente, la investigación concluye que también disminuye la población con pre-riesgo de suicidio, que baja del 13,28 % al 12%, mientras que sube tanto el número de personas con riesgo de bajo de suicidio como el de la población que se encuentra en alto riesgo.

“El modelo aflora las cantidades reales”, agregó Lucas Jodar, quien hizo hincapié en que “el consenso de los expertos indica que por cada veinte intentos, una persona se suicida”. Jodar concretó que ello significa “que el 5% de la población de alto riesgo, es decir unos 36.000 personas, pueden estar suicidándose en diciembre de 2020, muchas más de las víctimas esperadas de tráfico, a las que tanta atención se presta en comparación con este problema, del que nadie habla”.

Más en la cuarentena. El mayor número de suicidios se registra entre los 40 y 49, años tanto en hombres como en mujeres.

Muerte violenta. El riesgo de suicidio aumenta en estas edades, sobre todo en varones, llegando a multiplicarse por 5 respecto a edades más tempranas.

3.602

El suicidio es la primera causa de muerte externa con 3.602 fallecimientos en 2015 en el Estado.

167

Ese mismo año, el Eustat contabilizó 167 personas que se quitaron la vida en Euskadi. En 2014 las víctimas ascendieron a 186 vascos, una persona cada dos días.