BILBAO. La Policía ayer quiso prevenir de estos falsos secuestros al informar de uno de estos casos, que se ha saldado con la detención en Chile del supuesto autor y de dos colaboradoras de un secuestro virtual con el que timaron 3.000 euros a una mujer que se encontraba en España.

Según la Policía, bajo amenazas como “tiene a su hija atada de pies y manos; no cuelgue o le vamos a hacer daño”, la mujer, de 65 años y residente en el barrio madrileño de Chamberí, recibió el pasado 5 de julio una llamada a su teléfono fijo desde otro con prefijo de Chile.

Una llamada en la que escuchó unos gritos, que ella creyó eran de su hija, y una voz masculina con acento latino que pronunciaba la citada frase.

Y a cambio de la liberación de su hija, los supuestos secuestradores le exigieron 10.000 euros, pero la mujer les respondió que solo disponía de 3.000€.

Sus interlocutores le instaron a seguir la conversación a través de un teléfono móvil, pero sin colgar el fijo para que quedase incomunicada, y le pidieron el dinero de inmediato.

Ante esas amenazas, la víctima consiguió realizar un primer envío de 1.200 euros (el máximo que le permitía sacar su tarjeta) a nombre de una colaboradora del autor de la llamada y a través de una oficina de Correos de Madrid.

Esa misma noche, la mujer consiguió hablar con la que creyó que era su hija para comprobar que seguía con vida y poco después recibió una segunda llamada, desde otro número y con la misma voz, que le exigía los otros 1.800 euros.

De este modo, la víctima realizó a la mañana siguiente un segundo envío, en esta ocasión a nombre de otra mujer.

Para no dejar rastro, los supuestos secuestradores le instaron a romper el justificante del envío cerca del altavoz del teléfono, pero en la segunda ocasión guardó los trozos, lo que facilitó la investigación.

Un equipo conjunto de investigación entre la Policía Nacional y la Policía de Investigación de Chile logró identificar a tres personas involucradas en la estafa: el hombre que realizó las llamadas y las dos mujeres a cuyos nombres se realizaron los ingresos.

O lo que es lo mismo: a un hombre que cumplía condena en una cárcel chilena y a su pareja sentimental y a la madre de ésta. Los tres fueron detenidos.

Todo un ejemplo de un secuestro virtual y un modus operandi sobre el que alerta la Policía. No es ni más ni menos que un intento de estafa a través de una llamada de teléfono que hace creer a la víctima que un familiar suyo está secuestrado.

El número de teléfono es elegido por casualidad entre las decenas o centenas de llamadas que pueden efectuar para ver quién pica.

Se trata, pues, de un intento de extorsión telefónica que se caracteriza porque las llamadas proceden de un número oculto o con el prefijo 056, intentan provocar un bloqueo emocional.

LOS DATOS

En 2015 la Policía Nacional constató que más de 200 personas recibieron este tipo de llamadas que permitieron a sus autores cobrar el rescate en un 6,7% de los casos, por un total de 10.150 euros.

En 2016 las víctimas aumentaron hasta las casi 1.000 y las que efectuaron el pago sumaron 41.000 euros.