Bilbao - Euskadi no se encuentra entre los territorios costeros más castigados por el crecimiento urbanístico, la artificialización y la ocupación de espacios naturales, pero tampoco está a salvo de esa presión constructora que quiere llevar los edificios lo más cerca posible del mar. Según un informe presentado ayer por Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad, Bizkaia y Gipuzkoa figuran en el top ten de los territorios con mayor superficie relativa construida en la franja de diez kilómetros desde la costa y también superan la media estatal de ocupación del Dominio Público Marítimo Terrestre (DPMT).
El documento de Greenpeace mide las variables de la ocupación del dominio público marítimo terrestre, la superficie artificial, los espacios naturales protegidos, los hábitats de interés incluidos en la red Natura 2000 y las áreas de alta presión urbanizadora. Según este informe, la urbanización en la zona costera de Bizkaia, en el llamado DPMT, ha crecido un 59,4% entre los años 1987 y 2011, de forma que tiene el 33,1% de ese espacio público ocupado por construcciones o infraestructuras, y en Gipuzkoa esa ocupación es del 32,6%, tras registrar un incremento del 36,4% en 24 años, mientras que la media estatal de ocupación del DPMT es el 31,8%, aunque todavía hay grandes diferencias entre los litorales del sur y Levante y del norte.
De acuerdo con el informe Protección a toda costa, los procesos de urbanización en el litoral del Estado español han crecido un 57% en los últimos 24 años. Las provincias que encabezan este incremento son Castellón, con un 124%, Granada (146%), Valencia (118%), Cádiz (111%) y Almería (107%). Los responsables de Greenpeace y el Observatorio de la Sostenibilidad insistieron en que se está produciendo una “nueva edad de oro” del ladrillo y que “no podemos permitirnos el modelo que nos llevó a la ruina económica”.
Riesgo urbanístico En este sentido, Jader Abalo, portavoz de Greenpeace en Gipuzkoa, señaló a DNA, que “aunque Euskadi no se encuentra en los primeros puestos del ranking de urbanización costera”, en el futuro esta situación puede cambiar ya que tenemos zonas “de altísimo peligro urbanístico”. El portavoz destacó que en los informes de la organización ecologista “se observa que en Gipuzkoa la zona de mayor de presión urbanística se encuentra entre Zarautz y Zumaia, entre la zona protegida del río Urola y Santa Barbara, donde ya se tiene previsto urbanizar y ya se han hecho solicitudes de licitación”. “A lo largo de la Ap-8 se puede ver que se empieza con el tema”, advirtió Abalo.
En la presentación del informe, que tuvo lugar ayer en Málaga a bordo del buque Esperanza, Pilar Marcos, responsable en Greenpeace de la campaña Biodiversidad, destacó que “los datos indican que no ha desaparecido el ansia por seguir ocupando los primeros kilómetros de costa y los alrededores de los parques naturales. La flexibilización de normativas como la nueva Ley de Costas, la Ley de Impacto Ambiental, la futura Ley del Suelo de Canarias y la indiferencia ante sentencias judiciales como en el hotel de El Algarrobico parecen ser los catalizadores de una segunda edad de oro para el ladrillo”. Uno de los principales riesgos identificados por el Observatorio de la Sostenibilidad y Greenpeace es el aumento exponencial de la construcción de urbanizaciones e infraestructuras en la costa junto a los efectos derivados del cambio climático.
Así, en el informe se analizan las zonas que pueden sufrir en un futuro una alta presión urbanizadora, pues en la actualidad o no están protegidas o se encuentran cerca de zonas ya urbanizadas y bien comunicadas a través de carreteras. Entre esas zonas con alta presión urbanizadora se citan el tramo entre Zumaia y Zarautz, en Gipuzkoa e Uribecosta, en Bizkaia.
En el caso de Gipuzkoa, Jader Abalo insistió en que “es el territorio de Euskadi que más promoción urbanística está teniendo, y no tanto por lo que ya se está construyendo sino por todo lo que se está solicitando para construir”. El portavoz de Greenpeace añadió que “según el Banco de España el crecimiento de la actividad y los precios inmobiliarios vienen de la mano de la recuperación y descarta una nueva burbuja. Lo que pasa es que todavía no se han amortizado todas las construcciones que se hicieron en el boom inmobiliario. Parece que hemos hecho borrón y cuenta nueva y ahora lo que se construyó en ese tiempo no se tiene en cuenta a la hora de empezar otra vez a construir. Sí es cierto que ahora la actividad inmobiliaria aumenta de una manera más lenta y se está teniendo en cuenta el crecimiento económico del país, pero no se ha hecho un estudio para saber las verdaderas necesidades de vivienda. El Banco de España hace su análisis basándose únicamente en lo que se está construyendo ahora, sin tener en cuenta los antecedentes”.
Superficie artificial En el análisis de la situación de Euskadi, el informe señala que Bizkaia tiene un 11,8% de superficie artificial, es decir de suelo construido en la franja de los 10 primeros kilómetros desde la costa, y es la séptima provincia con mayor superficie artificial, seguida de cerca por Gipuzkoa que, con un 11,6%, se sitúa en octavo lugar.
La construcción de superficie artificial en esa área costera ha crecido un 95,1% en Gipuzkoa entre 1987 y 2011, y un 50,2% en Bizkaia. En cuanto a la superficie de costa protegida, Gipuzkoa cuenta con un 19,3% y Bizkaia con un 8,5%.
Según el informe de Greenpeace, en Gipuzkoa el DPMT pasó de 22 kilómetros en 1987 -antes de promulgarse la Ley de Costas de 1988-, a 30 kilómetros en 2011. La mayor parte de la artificialización de la costa se concentra en el sector oriental guipuzcoano y en los núcleos urbanos de la zona occidental, situados en las desembocaduras de los ríos.
En el caso de la costa vizcaína, el informe destaca que el DPMT pasó de 31 kilómetros en 1987 a 51 en 2011. No obstante, la organización ecologista considera que Bizkaia no presenta una excesiva presión sobre la costa. De hecho, “la atracción poblacional” hacia el litoral que se da en otros lugares del Estado español, en Euskadi corresponde más a las cuencas fluviales, indica el estudio. Desde 1987, los mayores crecimientos urbanos en la costa vizcaína se han dado como consecuencia del crecimiento del Gran Bilbao, que se expande por el noreste desde Algorta, por lo que existe “una fuerte presión urbanizadora en la comarca de Uribe”, advierte.
En el caso de Bizkaia, Greenpeace añade que uno de los principales problemas es dar una “salida razonable” a la antigua central nuclear de Lemoniz, solucionar la contaminación en la playa de Muskiz que, según las denuncias presentadas, está asociada con la actividad de Petronor, y los dragados de la ría de Mundaka que carecen de “soporte científico”.
“Desde Greenpeace -concluyó Abalo- instamos a las autoridades a que no cometan los errores del pasado y a que se hagan estudios teniendo en cuenta la biodiversidad”.
Bizkaia. El Dominio Público Marítimo Terrestre modificado por el ser humano pasó de 31 kilómetros en 1987 -antes de la Ley de Costas 22/1988- a 51 kilómetros 24 años después. La ocupación costera ha crecido un 59,4%. El porcentaje artificial es del 33%, el 12º más alto de todo el Estado. El 13% del suelo no protegido ha sido modificado por el ser humano.
Gipuzkoa. El Dominio Público Marítimo Terrestre modificado por el ser humano pasó de 22 kilómetros en 1987 a 30 kilómetros 24 años después. El porcentaje artificial es del 32%, el 15º más alto del Estado español. Con 9.373 hectáreas -el 12% del total-, es la séptima provincia más construida en términos relativos.