Los pediatras han incidido, con motivo de la temporada veraniega de baño, en la necesidad de extremar las precauciones con los pequeños en todo tipo de escenarios acuáticos.

La AEP ha lanzado una serie de recomendaciones en su plataforma web para prevenir los accidentes con agua, entre los que destacan vaciar cualquier recipiente con líquido después de su uso, como pueden ser el cubo de la fregona, y estar pendientes de sus movimientos.

Además, la asociación considera que la iniciación de las clases de natación y el aprendizaje de habilidades de supervivencia en el agua entre los 1 y los 4 años pueden disminuir las tasas de ahogamientos en los niños, si bien no las evita por lo que es necesario mantener una supervisión "continua".

Pese a ello, los padres deberían tener en cuenta una serie de factores como la frecuencia de la exposición al agua, la madurez emocional o las limitaciones físicas, entre otros.

La asociación ha asegurado que vallar el perímetro completo de la piscina puede reducir en un 95% las muertes por ahogamiento.

Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), los ahogamientos representan el 13% de la mortalidad infantil por lesiones de entre 0 y 14 años y constituyen la segunda causa de muerte accidental tras los siniestros de tráfico.