En 2016, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) registró 7.763 muertes de migrantes irregulares, un 27% más que en 2015 y un 47% más que en 2014. La ruta mediterránea fue la más mortífera, con algo más de 5.000 fallecidos, y 700 murieron en su periplo hacia Estados Unidos, 400 de ellos en la frontera con México. La mayoría de los migrantes indocumentados recurren a las redes de tráfico para llegar a su destino. La OIM calcula que este negocio ilegal mueve al año 8.900 millones de euros.