La trágica muerte de Iván Fandiño supone el adiós del último matador de toros del País Vasco, con antecedentes gallegos, catapultado por sus numerosos triunfos en Las Ventas. De pequeño su pasión era la pelota, pero pronto descubrió la tauromaquia, su verdadera vocación, y para dedicarse a ella se impuso un estricto régimen de adelgazamiento.

Siendo aún adolescente se trasladó a Valencia, Sanlúcar de Barrameda y más tarde a Guadalajara, tierra que le adoptó y donde se forjó a la antigua usanza, en las capeas. Fue allí donde conoció al que ha sido su gran baluarte, el que fuera torero y empresario, Néstor García. Ambos emprendieron una guerra contra el sistema y las grandes casas empresariales en busca de su propia libertad en la profesión. Se enfundó por primera vez el terno de luces el 16 de agosto de 1999 en Laudio. Su ascensión como novillero propició que tomara la alternativa en 2005, en Bilbao. Confirmó la alternativa en 2009, pero aún tuvo que esperar dos años para dar el primer puñetazo en la mesa, en Madrid, al cortar una oreja a un exigente toro de Carriquiri. 2012 fue el año más importante de su carrera con triunfos en plazas de primera como Valencia, Sevilla, Madrid o Bilbao.- J.López