Bilbao- Alrededor de 10.000 estudiantes de Bachillerato se enfrentarán del día 7 al 9 a la temida Selectividad, este año más temida aún si cabe porque estrenan la nueva Evaluación de Acceso a la Universidad, la prueba que reemplaza a las polémicas reválidas de la Lomce. La vicerrectora de Estudios de Grado y Posgrado de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU), Araceli Garín, explica los detalles de la nueva Selectividad y detalla las novedades que la UPV/EHU incorporará a su oferta el próximo curso.
El miércoles comienza la Selectividad, ¿está todo a punto?
-Casi está todo a punto. Todavía no tenemos las cifras definitivas porque los centros de Secundaria han tenido de plazo hasta el miércoles por la noche para cerrar sus notas, pero las previsiones de estudiantes son parecidas a las de otros años, quizá con un incremento del 1%. Habrá los mismos tribunales, solo que en Bizkaia hemos cambiado dos tribunales de castellano a bilingüe.
Aunque seguirá siendo la Selectividad de por vida, por ser correcta habría que decir que ésta es la primera edición de la Evaluación de Acceso a la Universidad (EAU). ¿Se diferencia mucho de la clásica Selectividad?
-En octubre todavía estaba prevista la evaluación final de Bachillerato de la Lomce que era competencia de Educación Secundaria.
La polémica reválida, para entendernos.
-Eso es. En diciembre se pospone, se deroga esa evaluación y se aprueba una nueva normativa que modifica el diseño de la prueba. Como la Lomce ha introducido una serie de cambios en el Bachillerato la EAU, lógicamente, no puede a ser idéntica a la Selectividad pero se pasa a un híbrido que se parece bastante a la Selectividad. Antes había una fase de general y una específica, ahora hay una fase de acceso y otra de admisión. La fase de acceso se compone de la evaluación de cuatro asignaturas troncales y otra de modalidad que es común para todas las universidades, tal y como establece la orden ministerial de diciembre.
¿Y la de admisión?
-El Ministerio ha dejado libertad a las autonomías para diseñar la admisión a cada uno de los grados universitarios. Entonces cada grado ha llegado a un acuerdo sobre qué materias quiere valorar. Nosotros nos hemos ido un poco del acuerdo general de la Conferencia de Rectores (CRUE) y del G-9 de universidades y hemos decidido seguir nuestra línea porque en nuestra antigua Selectividad ya ponderábamos ciertas materias para ciertas carreras además del euskera.
Con el lío de reválida sí o no, su posterior derogación y las dudas sobre el formato de la nueva Evaluación de Acceso a la Universidad, miles de estudiantes y docentes han vivido una gran incertidumbre este curso ya que no sabían cómo iba a ser este trascendental examen. ¿Puede afectar a los resultados?
-Yo creo que no. En el País Vasco hemos sido muy rápidos, tenga en cuenta que la derogación de las reválidas es del 12 de diciembre de 2016 y nosotros pasamos el 26 de enero por Consejo de Gobierno las características de la nueva EAU porque teníamos constancia de que desde los centros de Secundaria tenían una gran incertidumbre. Es más, esto era competencia del Departamento de Educación hasta que se derogó la ley. Y justo después lo primero que hicimos fue llegar a un acuerdo con el Gobierno Vasco para hacernos cargo de la elaboración de esta prueba ya que somos los que hemos estado organizando hasta la fecha algo parecido.
Supongo que todo este embrollo ha supuesto cambios logísticos para la UPV/EHU.
-Sí, hemos tenido que adaptar desde el aplicativo con el que se gestionaban los expedientes hasta el diseño y el formato de la prueba. Y eso ha sido un a más a más para la Universidad.
La Selectividad es el día de los nervios por antonomasia. ¿Qué consejo le daría a los estudiantes?
-Bueno, que estén tranquilos. Por supuesto, que estudien, que lo preparen porque se la van a jugar, pero que estén tranquilos porque tradicionalmente el nivel de aprobados supera el 98% y estoy convencida que seguirá siendo así.
Y después del trance más nervios, las notas de corte ¿Prevén que los cambios de la Lomce alteren mucho las notas de corte respecto de otros años?
-No, pero es difícil de saber porque no tenemos referencias en las que basarnos ya que en ciertos grados han cambiado las materias a ponderar. Quizá el mayor cambio se pueda dar en Medicina porque todo el alumnado que quiera entrar se deberá examinar en la fase de acceso de Matemáticas II, una materia que tradicionalmente no es la que mejor se le da a este perfil de alumnado.
¿Cuáles son las carrera que se venden más caro en la UPV/EHU?
-Medicina, por supuesto, el doble grado de Física e Ingeniería Electrónica o la Bioquímica. Pero la gran tensión la viven los aspirantes de Medicina ya que si no obtienen la plaza aquí deben marcharse fuera a una universidad privada, algo que no está al alcance de todo el mundo.
Cada año la UPV/EHU recibe más de 1.000 solicitudes para entrar en Medicina y cientos de estudiantes se quedan sin plaza, con toda la frustración que ello genera. ¿Por qué no amplían el número de plazas, de quién depende?
-El próximo curso hemos aumentado en 40 el número de plazas hasta las 310, aunque qué más nos gustaría a nosotros que poder tener más alumnos. Las plazas de Medicina se negocian a nivel de Ministerio. En Madrid han estudiado el coste que le supone al Estado la formación de un graduado en Medicina y creen que van más allá de los 250.000 euros, una cantidad de la que los estudiantes pagan una mínima parte a través de las tasas y precios públicos. Ellos están muy pendientes de cuál va a ser la salida profesional de esos graduados y del número de plazas MIR. Ahora hay dos graduados por cada plaza MIR, por tanto, si siguen saliendo cada vez más graduados se va a generar una gran bolsa de paro. En consecuencia, Madrid controla muy mucho cuántas plazas oferta cada universidad. En Euskadi tenemos asentadas las plazas MIR en una proporción de uno a uno y nos han dejado subir 40 plazas porque no va a desajustar la oferta y la demanda.
Aun entendiendo que lo que se pretende es evitar la bolsa de paro que se dio en los años 80, en paralelo el Gobierno español está favoreciendo la proliferación de facultades de Medicina privadas. De hecho, la Universidad de Deusto ya ha anunciado que en cinco años quiere abrir la suya.
-Yo no puedo decir lo qué van a hacer otras universidades, lo que creo es que es muy difícil que Madrid les conceda el número de plazas que ellas aseguran que van a ofertar. Con la ampliación hemos intentado hacer las cosas de la mejor manera posible.
Porque han tenido quejas...
-Las quejas que hemos tenido han sido internas de los estudiantes del grado de Medicina que no quieren estar más apretados. Ellos no sienten ninguna solidaridad con los que se quedan fuera. Ha sido una negociación dura porque nosotros creíamos que teníamos que tener más plazas, porque tenemos que aprovechar que tenemos tres campus. El problema no lo tenemos en los tres primeros cursos preclínicos, en las aulas no hay problema de espacio, tenemos profesorado, el problema es cuando hacen las asignaturas clínicas en los hospitales de cuatro a sexto. En su practicum, cada ocho estudiantes necesitan un profesor y los profesores dicen que son demasiados ya que influye en la calidad de la formación. ¿Qué pasaría si en vez de 300 tuviésemos 400 estudiantes? El problema se magnificaría. Hay que crecer pero de forma sostenible.
¿Qué nuevos grados echarán a andar el próximo curso?
-Se ofertarán las dobles titulaciones internacionales de Matemáticas e Ingeniería Electrónica con las universidades de Pau y Lyon. Pero los buque insignia son Ingeniería en Automoción de Vitoria y Administración y Dirección de Empresas (ADE) en Donostia, ambos con itinerarios en dual. Lo que vamos a intentar es llevar ese itinerario dual a otras ingenierías y a otros grados en los que creemos que es posible y adecuado.
Para que los estudiantes en dual puedan formarse dos cursos en empresa necesitarán empresas interesadas en ‘ficharles’ ¿Tienen esa cartera de empresas?
-En el ámbito de la ingeniería y la automoción tenemos en Araba un entramado muy interesante con Mercedes, Michelin y todo lo que les rodea. Y nos gustaría ir un paso más allá y ofertar grados en dual e internacional con multinacionales.
¿Cómo funciona la carrera dual?
-La parte en empresa son alrededor de 18 créditos a lo largo de tercero y cuarto. Los estudiantes se matriculan en tres materias optativas y entran voluntariamente en un pool de selección. Cada facultad hace una preselección de candidatos que envía a la empresa y es ella la que hace la selección final en base a los criterios que estime oportunos. Después les hacen un contrato de trabajo y comienzan su formación.
Supongo que eso tiene un coste importante para las empresas.
-El coste por alumno ronda entre los 6.000 y los 10.000 euros. Ellos lo que quieren es atraer a los mejores estudiantes y formarles a su medida con un contrato en prácticas, a pesar de que al final del programa tengan la libertad de irse a otra empresa.
¿Y cómo han gestionado la parte empresarial para ADE?
-Hemos suscrito un acuerdo con Adegi, la asociación de empresarios de Gipuzkoa, por el cual Adegi ha seleccionado a las empresas.
A raíz de los malos resultados del Informe PISA, la consejera de Educación anunció que el curso que viene se va a implantar una prueba de admisión específica para quienes deseen ingresar en Magisterio. ¿Qué le parece la medida?, ¿sabe como será?
-Yo creo que eso ha quedado ahí, no he vuelto a oír nada más entorno a esta iniciativa. Yo no conozco en detalle los resultados del Informe PISA pero discrepo un poco de esa medida porque los malos resultados no se pueden achacar a la Educación Infantil y Primaria, que es lo que se enseña en Magisterio, sino a la etapa de Secundaria. Entonces yo no sé cuál es el fin de exigir una entrada distinta a Magisterio. Si el problema está en Secundaria, donde los profesores provienen de otras carreras, tendríamos que poner el foco en el máster con el que se da un barniz a los titulados de Matemáticas o Literatura para poder ser docente en Secundaria. Ya como ama, los críos empiezan a tener problemas en ESO no en Infantil, ahí hay que poner el foco.
Poco a poco han ido incorporando nuevos grados a su oferta, pero también prevén suprimir carreras.
-La Universidad del País Vasco debe tener una oferta dinámica porque las necesidades de la sociedad evolucionan, los gustos varían y lees en la prensa que las salidas profesionales de nuestros hijos son de profesiones que aún no tenemos identificadas. Siempre estamos trabajando en diseñar la oferta más atractiva posible, los estudiantes en las ferias universitarias nos demandan titulaciones novedosas y ahí también estamos trabajando. Pero somos conscientes dónde tenemos los problemas de demanda: una es la Ingeniería de Minas, pero también vamos a replantearnos otros grados como lo que era Ingeniería de Marina.