bilbao - Aunque los más pequeños reciben la mayoría de las vacunas, y la cobertura entre la población infantil ronda el 90%, los adultos también necesitan protegerse frente a gérmenes como los del tétanos, la difteria, el neumococo, la gripe, o la rubéola que son causa, en ocasiones, de enfermedades serias. En este sentido, el manual de vacunación de Osakidetza, editado el pasado año, fomenta la vacunación de los adultos sanos, las mujeres embarazadas y los grupos de riesgo, con el objetivo de proteger a la población en todas las etapas de la vida. Y es que el envejecimiento de la población y al aumento de la cronicidad han hecho necesario un calendario sistemático de vacunación para personas mayores.
Con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Inmunización, la Asociación Española de Vacunología (AEV), ha recordado la necesidad de que los adultos también reciban la inmunización ya que las vacunas cuentan a lo largo de toda la vida. El objetivo de esta semana ha sido concienciar sobre la importancia de la prevención de enfermedades infecciosas más allá de la etapa infantil. De hecho, frente a la práctica totalidad de niños que cumplen con el calendario vacunal, las coberturas disminuyen alarmantemente a medida que aumenta la edad. El presidente y vicepresidente primero de la AEV, Amós García y Fernando Moraga, respectivamente, apuntaron como causas de esta disminución a “la pérdida paulatina del contacto con el sistema sanitario, el desconocimiento y la falta de concienciación”, pese a existir “vacunas específicas para el adulto sano como las dosis de recuerdo, las vacunas calendarizadas en la edad adulta, así como vacunas para determinados grupos de riesgo”. En este sentido, García indicó que las estrategias vacunales de los próximos años “pasan por mejorar la concienciación sobre la vacunación en el adulto y mejorar las coberturas ”.
Desde el hospital de Galdakao, el neumólogo Pedro Pablo España ratifica que la cobertura entre los adultos es floja. “La de la gripe no está mal pero todavía tiene mucho margen de mejora. El resto, por ejemplo la que existe contra el neumococo, no tiene una cobertura tan importante. Y eso que la eficacia está asegurada. Lo ha demostrado la de la polio, la de varicela, enfermedades casi erradicadas gracias a las vacunas”.
Porque las vacunas no son solo una cuestión individual sino que combaten un problema de salud pública. “Las vacunas tienen un beneficio personal pero también un efecto comunitario importante. Porque si se vacuna un 25% de la población, el virus o la bacteria sigue pululando y sigue existiendo riesgo, pero si logramos un programa de vacunación amplio mayor del 70%, logramos ir rompiendo la transmisión y que la enfermedad llegue así a desaparecer”, explica el doctor.
Las vacunas han conseguido erradicar patologías muy graves como la viruela, la varicela, o la polio. Sobre sus contraindicaciones, España Yandiola se muestra rotundo. “Cualquier fármaco tiene efectos secundarios pero un efecto grave se ve en uno de cada cien mil vacunados. El riesgo/beneficio es importante. Otra cosa es la eficacia, y unas tienen más que otras”, aclara.