vitoria- “Hay que dar el salto, el euskera debe salir a la plaza”. El jueves a las cinco de la tarde arranca en la localidad vizcaína de Otxandio la vigésima edición de Korrika, cuando aún resuena el mensaje que lanzó la periodista Lorea Agirre en la multitudinaria llegada del testigo a Bilbao la edición anterior. Por delante quedarán once días, diez noches y cerca de 2.000 kilómetros antes de que el mensaje que alberga el símbolo de Korrika llegue al paseo Sarasate de Iruñea.
El lema elegido este año por la organización es Batzuk, como símbolo de la diversidad de las lenguas, culturas y maneras de vivir. Se trata de un juego de palabras entre bat (uno/a) y zuk (tú), para invitar a la ciudadanía a acercarse al euskera “y a la fiesta por la igualdad de las lenguas y sus hablantes”, afirma Mertxe Mujika, coordinadora de AEK. La presente edición es aún más especial si cabe ya que terminará en Iruñea, una ciudad que con el cambio en el gobierno municipal ha abierto una nueva etapa en el uso y la visibilización del euskera en la capital navarra.
No importa la hora del día o de la noche, llueva o haga frío, se alumbre con un par de frontales por una solitaria carretera comarcal de Meatzaldea de madrugada o sea arropada por miles de personas en el centro de una gran ciudad, el testigo seguirá pasando de mano en mano sin detenerse, tal y como ha sucedido los últimos 37 años. Desde que nació en 1980 (Oñati-Bilbao), Korrika siempre ha mantenido su esencia. De un lado, impulsar la concienciación a favor del conocimiento y uso del euskera; y de otro, recaudar fondos para los euskaltegis de AEK, que han hecho que cada vez más gente viva en esta lengua.
Este doble objetivo ha aglutinado tras de sí a cientos de miles de personas, haciendo de Korrika uno de los pocos actos colectivos que unen a toda Euskal Herria. Y de Euskal Herria al mundo, porque se ha exportado este modelo a favor de la diversidad lingüística a otros países con lenguas propias como Irlanda o Bretaña. Korrika, en definitiva, se ha convertido en un acontecimiento que cada dos años moviliza a toda la sociedad: instituciones, agentes civiles y personas anónimas por el euskera. ¡Únete, suma! Esta es la invitación de Korrika de este año ya que “apoyar un idioma es actuar en favor del conjunto de las lenguas y en favor de la cultura universal”.