vitoria - El Grupo Lobo de Euskadi, junto a un gran número de asociaciones y entidades de todo el Estado, se manifestará hoy en Madrid para reclamar que este animal entre a formar parte del Listado de Especies Silvestres en Régimen de Protección Especial y se incluya en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas en la categoría de Vulnerable. La petición no es nueva y ya lleva años aguardando tanto en los cajones de la Administración del Estado como en Euskadi, donde en 2015 se entregó en Lakua un escrito firmado por 37 asociaciones pidiendo que el lobo entrase a formar parte de las especies protegidas, sin que hasta el momento haya habido una respuesta, según apunta Andrés Illana, responsable del Grupo Lobo de Euskadi.
En Álava hace tiempo que dejó de haber manadas reproductoras. Sí hay, sin embargo, entradas puntuales que realizan algunos ejemplares desde Bizkaia, Burgos o Cantabria. De hecho “se puede decir que prácticamente han desaparecido, tras las últimas noticias hace años de alguna manada en el valle de Karrantza, que fue muy castigada por las batidas que se realizaron sin que se fijase un cupo de capturas”, comenta Illana.
El Grupo Lobo reclama que la protección de este animal se ajuste a lo que dice la ley, que expresa de manera clara que una especie clave para el equilibrio de los ecosistemas no se tiene que exterminar, y una forma de exterminarlos “es no dejarles entrar, porque a las administraciones les resulta mucho más cómodo eliminarlos que gestionar correctamente al lobo”, argumenta Illana. “No queremos lobos porque sí, ni lo hemos pedido. Pero lo cierto es que los ecosistemas se verán afectados si no están presentes”, incide. El argumento principal es el mantenimiento de la tradicional cadena alimenticia, ya que los lobos se alimentan básicamente de corzos y jabalíes, con lo que logran mantener unas cifras sostenibles de esos mamíferos.
Hace ahora un año que el Grupo Lobo realizaba una valoración de la situación del animal en Euskadi y en él se confirmaban varios aspectos. En primer lugar, la existencia de un único grupo familiar en Euskadi que se localiza en la zona de Karrantza. El censo confirmaba la existencia de una manada y que su área de campeo incluye terrenos adscritos a tres comunidades autónomas: País Vasco, Castilla y León y Cantabria.
En segundo lugar, el estudio demostraba que la evolución del lobo ha sido muy negativa, hasta prácticamente su extinción. “Durante el periodo 1991-2008 la recolonización y expansión territorial del lobo en la CAPV y áreas limítrofes estuvo acompañada de una tendencia al incremento en el número de manadas, llegando hasta un máximo de 3-4 grupos. A partir de ese momento, la tendencia se invierte y la especie se rarifica hasta el punto de no detectarse manadas y apenas ejemplares solitarios”, considera el colectivo, que añade que la Diputación Foral de Bizkaia conocía desde Junio de 2015 que en su territorio había un grupo reproductor de lobos, así como su ubicación, y además era consciente de que se trataba del único grupo existente en la CAPV desde hacía muchos años. A pesar de ello, en enero de 2016 Bizkaia dirigió una serie de batidas en Karrantza, que supusieron la muerte de al menos tres lobos del único grupo existente en la CAPV. A estas batidas siguieron otras, por lo que parece que lo que pretendía la Diputación vizcaína era exterminar a todo el grupo.
En algunos países europeos se estudia la reintroducción del lobo como herramienta de restauración de ecosistemas, y en Estados Unidos ya se valora positivamente su efecto. Los defensores del lobo son conscientes de que su protección acarrea problemas e incertidumbres a las ganaderías. Por ello proponen medidas preventivas, como el uso de mastines, aunque inciden en que “estos perros deben estar educados a reaccionar cuando se presenta un problema, porque algunos son dejados en el monte guardando el ganado, sin comida ni cuidados, y al final terminan siendo ellos mismos los que atacan a las ovejas o los potros”, y recuerdan a los detractores de los lobos que “la mayoría de los ataques han sido cometidos por los perros silvestres, los zorros o los jabalíes”.
Según los datos oficiales, en Álava no hubo ningún ataque por parte de los lobos en 2016, aunque sí por parte de zorros y jabalíes. En 2015 se contabilizó un caso, mientras que un año antes eran 25 los sucesos denunciados. Desde 2010 Álava cuenta con un plan de gestión del lobo en el territorio y los responsables de Agricultura son muy cautos a la hora de autorizar batidas o actos similares.
En el último año no se ha autorizado ninguna batida contra el lobo, según fuentes forales, y desde la institución tratan de equilibrar la entrada de los lobos desde las regiones vecinas con el desarrollo de la actividad ganadera. Por eso existe un comité técnico de seguimiento del plan de gestión del lobo, que se reunió en julio de 2016 y que tiene como funciones proponer medidas para la consecución de los objetivos del plan, informar sobre revisiones y asesorar en temas relacionados con su desarrollo.