Bilbao - Nekane Balluerka es de las personas que opinan que en la universidad no es que exista un techo de cristal que impide el ascenso profesional de las mujeres en su carrera profesional sino que existe “un techo de acero” que se solo se caerá a base de talento y trabajo personal, políticas de acción positiva y la corresponsabilidad de los hombres en la faceta de los cuidados.
Es la primera rectora en la historia de la UPV/EHU. ¿Se siente una excepción?
-Sí, me siento una excepción si tenemos en cuenta que solo somos tres las mujeres rectoras en todas las universidades públicas del Estado.
Es decir, que los ámbitos de decisión de la Academia sigue siendo cosa de hombres.
-En nivel de Grado y Posgrado prácticamente andamos en algo más del 50% de mujeres y en Doctorado hay más mujeres que defienden tesis que hombres. Pero cuando llegamos al nivel de investigadora principal el porcentaje desciende al 20%, lo cual guarda mucha relación con la situación de las mujeres catedráticas, que en el caso de la UPV/EHU somos un 24%, pero en el Estado esa presencia es aún menor. Si nos atenemos a las direcciones de departamentos en la UPV/EHU, el 70% son hombres. Y, en las direcciones de centros y decanatos estamos bastante igualados. Así que sí, los ámbitos de decisión de la universidad siguen siendo masculinos.
Durante su campaña electoral fueron muchas las referencias que hizo a su condición de profesora, investigadora, mujer y madre. ¿La maternidad sigue siendo vista como una barrera a la hora de ascender en la carrera?
-Sí, sobre todo, porque hay una gran presión social en la edad en la que decidimos ser madres ya que coincide con la edad en la que tienes que tomar decisiones importantes de cara a tu proyección profesional ya que es cuando accedes a dirigir un proyecto, a crear tu grupo de investigación o tu escuela. Y, en este caso, hay mujeres que por la presión social respecto de los cuidados se ven obligadas a elegir. Y es que parece que si alguien se pide una reducción de contrato tiene que ser la mujer. Entonces, o tienes a alguien al lado que comparte, concilia y te anima a compartir y conciliar, o es muy complicado.
El ‘Informe sobre la Ciencia 2016’ de Ikerbasque constata, un año más, que el crecimiento de la población de investigadoras “no ha contribuido a reducir la brecha de género” en los puestos de dirección de los laboratorios y grupos de investigación. ¿Es usted favorable a un sistema de cuotas?
-Sí, soy muy favorable, de hecho nuestro Plan de Igualdad indica que tiene que haber un 60-40% de hombres y mujeres en el equipo rectoral; también hay un sistema de cremalleras cuando los distintos colectivos de la universidad se presentan a Junta de Facultad o a otro órgano de decisión; y en el Consejo de Gobierno también tenemos una representación bastante equilibrada, con algo más de hombres. Por ejemplo, cuando sacamos nuestra convocatoria de proyectos de investigación damos dos puntos más a aquellos grupos de investigación que deciden que los lideren una mujer.
¿No sería lógico que también se aplicase esto en los distintos centros que forman parte de la Red Vasca de Ciencia y Tecnología?
-A mí me parece que sí, porque las políticas de acción positiva deberían de extenderse a todos aquellos ámbitos en los que no se trabaje en un plano de igualdad entre hombres y mujeres.