donostia - La identificación de un hombre que reside en San Sebastián tras cumplir condena por una violación y varias agresiones sexuales ha causado preocupación entre las fuerzas policiales. Las alarmas han saltado durante las dos últimas semanas tras ser localizado en “actitud sospechosa” y en posesión de diverso material con el que, según fuentes de la investigación consultadas, podría reincidir en delitos de índole sexual. Su perfil circula en las redes sociales. Según ha podido saber este periódico, se trata de un documento interno de la Ertzaintza que circula por las comisarías para que los agentes extremen la precaución.
El informe se ha difundido junto a la imagen de este hombre, de 45 años, lo cual ha acabado por sembrar la preocupación también entre la ciudadanía. F.J.U.P fue condenado a doce años de cárcel y a un destierro de seis por un delito de robo con violación. Los hechos se remontan a mayo de 1989, cuando una joven de 21 años fue violada en Donostia después de que este hombre le amenazase con una navaja. Fue un suceso muy escabroso. Abordó a la pareja, obligando al varón a colocarse en el suelo sobre el cual tumbó a la chica, a la que violó mientras amenazaba al novio con un cuchillo. El tribunal estimó atenuante que el acusado fuese por aquel entonces menor, y que hubiese ingerido alcohol y tomado sustancias estimulantes. Conoció aquella sentencia condenatoria con 18 años. Ahora tiene 45 y, según consta en el registro policial, habría cometido otras agresiones sexuales en Donostia y Errenteria. Tras cumplir con la justicia, los agentes tienen constancia de su presencia en Donostia desde hace unos dos años. Según ha podido saber este periódico, las alarmas saltaron la semana pasada tras ser identificado “en actitud sospechosa”. Tras ser registrado se le incautó un cuchillo, una gorra, unos guantes de látex, un puff de cuello y unas pastillas que, se sospecha, “podrían servir para adormecer a posibles víctimas”. Se trata del mismo modus operandi seguido en las agresiones sexuales cometidas en Donostia y Errenteria.
El sospechoso fue retenido el 20 de febrero en la trasera de un bar de Irun, a unos 200 metros de una conocida discoteca. “Aquí no llegó ni a entrar”, confirmaron ayer a este periódico desde el establecimiento.
La detención se produjo por un presunto delito de atentado a la autoridad. En su arresto, según el documento policial interno, el hombre mostró “una actitud muy violenta” hacia los agentes, amenazándoles con un cuchillo que le fue incautado. El documento policial recoge que fueron “los porteros de la discoteca quienes le habían expulsado de la sala por arrimarse a unas jóvenes en actitud obscena”. Las sospechas apuntan a que esta persona acudió al lugar “con intenciones sexuales”. “Se encontraba solo, en una discoteca y con ropa para cambiarse”, coincidiendo con la manera de actuar de otras ocasiones, según recoge el informe.
El hombre está en libertad porque ya ha cumplido con la Justicia y no ha cometido ningún delito. Según explican fuentes conocedoras del caso, hoy por hoy sólo se le podría sancionar con una multa por llevar un arma blanca, en virtud de la Ley de Seguridad Ciudadana. Los agentes de las comisarías están al tanto, pero no se ha dictado ninguna orden judicial al respecto.
Segundo arresto Cuatro días más tarde del primer arresto, el viernes pasado, volvió a ser identificado “en actitud sospechosa”. En esta ocasión portaba una mochila que contenía un cuchillo de un filo de 25 centímetros, dos viseras y un gorro de color negro con una calavera impresa.
Asimismo se le incautó un buff y un par de guantes negros, otros de látex azules, preservativos y diferentes medicamentos. A este hombre le acompañaba un varón de 44 años, I.G.P., que portaba en la mochila un destornillador, un martillo rompe vidrios, insulina y, según consta en el documento policial “dos móviles de dudosa procedencia”. Este segundo varón tiene antecedentes por robos con violencia.