Baiona - El departamento de Las Landas hace frente estos días a una crisis sin precedente tras la aparición del virus de la gripe aviar H5N8. Desde el pasado mes de diciembre, la epidemia se ha propagado por casi todas las comarcas, y en enero el Gobierno francés ordenó sacrificar un millón de palmípedos. Actualmente, quedan 600.000 aves y en los próximos días 350.000 de ellas serán también abatidas. El sacrificio preventivo se lleva a cabo en más de quinientos cincuenta municipios, cuatro de ellos ubicados en el norte de la Baja Navarra. A orillas del río Aturri, que limita Iparralde y el vecino departamento de Las Landas, los caseríos de Bidaxune, Gixune, Samatze y Akamarre vuelven a ser víctimas directas de la gripe aviar. La comarca gascófona del norte de Nafarroa Behera se encuentra en la zona de vigilancia tras la detección de un posible caso en el sur de las Landas. Durante el otoño de 2015, los criadores tuvieron que hacer frente al virus H1N1 y el Gobierno ordenó entonces sacrificar a todas las aves y desinfectar las explotaciones agrícolas. Tras reforzar las normas sanitarias, los agricultores pudieron retomar su actividad en mayo de 2016. Esta primera crisis supuso un gasto de más de 185 millones de euros y el Gobierno francés admite ya que este año la factura será todavía más elevada.
medida preventiva Pese a estar sanos, todos los patos de Claude Lataillade han sido sacrificados como medida preventiva. El miércoles por la noche las autoridades sanitarias avisaron a este agricultor de Bidaxune que iban a intervenir el jueves a partir de las cinco de la madrugada. En pocas horas, cuatro camiones se llevaron sus nueve mil patos para ser incinerados. A los sesenta años, Lataillade es pesimista y no sabe como hará frente a las inversiones que estaba realizando para ampliar y modernizar sus instalaciones.
En el mismo barrio del antiguo principado de Bidache, Xabi Dallemane vive todavía peor esta crisis. Con treinta años decidió abandonar su trabajo en una cooperativa y renunció a un sueldo fijo con el fin de retomar la explotación agrícola familiar después de que su padre se jubilara. Desde el uno de abril de 2016, día en el que se hizo con el caserío familiar, no deja de enfrentarse a problemas. El año pasado no pudo cobrar todas las indemnizaciones y ahora sus patos son demasiado jóvenes para ser sacrificados. Según la legislación francesa, el agricultor deberá seguir criando cuatro mil patos durante varias semanas para ser sacrificados igualmente cuando se cumpla el plazo legal. Teniendo en cuenta los gastos que supone la compra de los animales, sus alimentos, y la construcción de granjas con calefacción, la factura se eleva ahora a quince mil euros para Xabi. Un gasto del que sabe que no podrá recuperarse. Alain Lataillade dirige una empresa más tradicional y solo vende patos a particulares de la zona. El año pasado, las indemnizaciones que recibió este agricultor de 57 años, tan solo cubrieron una cuarta parte de los diez mil euros perdidos. Las sucesivas crisis no ayudan a mantener vivo el optimismo de su hijo Marc, que con 22 años ha decidido dedicarse a la agricultura.
Consecuencias Además de miles de agricultores que se ven afectados por esta nueva crisis, en Las Landas 5.500 personas que están empleadas en empresas de transformación están a punto de quedarse sin trabajo. Ya no quedan aves en la granja de Jean Marc, un criador de la comarca de Villeneuve de Marsan. Sus dos empleados están en paro parcial y en breve serán despedidos. Tras resultar infectados en diciembre, los patos de Jean Marc fueron sacrificados y desde entonces este agricultor de menos de cincuenta años desconoce cuál va a ser el futuro inmediato de su explotación agrícola. Además, denuncia no haber cobrado el 30% de las indemnizaciones del año pasado. En una visita oficial esta semana a Mont de Marsan, dónde se reunió con autoridades locales y profesionales del sector, el ministro galo de agricultura argumentó que el pago retrasado corresponde a la Unión Europea.
Según Stéphane Le Foll el dinero llegará de Bruselas antes de que termine el mes de abril. El ministro de agricultura aboga por mejorar la detección del virus y cree que habría que sacrificar las aves de forma más rápida. En pleno corazón de la principal región que produce foie gras y magret, Le Foll explicó el pasado martes que en un plazo de tan solo dos semanas sacrificarán algo más de la mitad de las 600.000 aves de granja que hay todavía en Las Landas. Además, Francia limita el transporte de animales en la zona afectada. Las autoridades recuerdan que no hay vacuna contra la gripe aviar y que no existe ningún riesgo de contaminación para los seres humanos.
Soluciones En Las Landas, los criadores lamentan que una actividad tradicional corra el riesgo de desaparecer. “Nunca se había producido semejante crisis” según Michel Busquet, un agricultor natural de la comarca landesa de Shalòssa. Este gascón, que lleva 30 años trabajando, asegura que su profesión no consiste en cobrar indemnizaciones sino en “elaborar productos de calidad y vivir de forma digna”. Busquet denuncia la mala gestión del gobierno que a su juicio desconoce el sector primario y cree que hay que reflexionar sobre su futuro, evitando, por ejemplo, la multiplicación de intermediarios. La gripe aviar será uno de los temas centrales de la 54 edición de la Feria de la Agricultura que estos días se celebra en París.