Bilbao - La consulta del doctor Google, el buscador más famoso de Internet, está llena. Un síntoma que se repite, un dolor que inquieta, un malestar sin causa aparente y hasta un diagnóstico que no parece fiable... En ocasiones, la opinión de la Red es más importante para el usuario que la de su propio médico, tal y como evidencia el estudio de Doctoralia Los españoles y la medicina 2.0, donde se detalla que “el 69% los pacientes vascos busca en la Red datos después de ser diagnosticado por el facultativo”. Son las mujeres, en un 78%, las que más acostumbran a utilizar este método frente al 60% de los hombres.
Un informe de Doctoralia, una plataforma que conecta profesionales de la salud con pacientes, ha analizado cómo utilizan los vascos las herramientas digitales para gestionar su salud. El estudio concluye que Internet y los directorios médicos son las principales fuentes de información. En el País Vasco, el 64% de los pacientes declara usar la red para buscar datos sobre la salud en general y son los ciudadanos del Estado que más consultan los directorios médicos, en un 41%.
Pero la información on line, bajo el criterio de los expertos, puede inducir a la hipocondría, un trastorno por el que el paciente cree de forma infundada que padece alguna enfermedad grave. Por ese motivo, recomiendan únicamente “realizar consultas en páginas webs avaladas por organismos públicos o médicos especialistas”. No hay que olvidar, por ejemplo, que hay cerca de 700 millones de páginas web relacionadas con la palabra cáncer.
Los consejos a golpe de clic también juegan un papel decisivo en la automedicación, pues hay quien busca información sobre medicamentos para tratar sus dolencias. En el caso de los pacientes vascos, un 4% afirma haberse equivocado al elegir un fármaco tras buscar información sobre éste en Internet, uno de los porcentajes más bajos a nivel estatal junto con Galicia.
La salud digital es una práctica a todas luces también peligrosa, si bien a muchos les resulta difícil resistir la tentación de googlear todo lo que tiene al alcance. De hecho, en Bélgica se creó una campaña bajo el título ¿Podemos luchar contra el doctor Google? para evitar que la gente consulte los síntomas en los buscadores de forma indiscriminada y lo haga en una fuente fiable.
El médico y cofundador de Doctoralia, Frederic Llordachs, ha afirmado que “una de las cosas que más nos preocupan del mundo on line a los profesionales de la salud es el reconocimiento e identificación de fuentes de información contrastada por expertos. La inexperiencia del usuario en la búsqueda de cuestiones relacionadas con la salud genera muy a menudo alarmismo y propicia actuaciones incorrectas que pueden agravar la patología existente”. Y todo porque la comunicación entre paciente y médico no parece lo fluida que debiera. Por ello un 17% de pacientes vascos reconoce preferir automedicarse para así evitar listas de espera. Por rangos de edad, los que se encuentran en edades de entre 25 y 34 años son los más recurren a ello.
mentiras A pesar de jugar a médicos en las redes, la mayoría de pacientes declara, cuando se le pregunta, ser sincero con su facultativo. En la geografía vasca solo un 12% de los pacientes encuestados afirma haber mentido a su galeno en alguna ocasión, uno de los porcentajes más bajos a nivel estatal. Las diferencias entre sexos, aunque sutiles, demuestran que las mujeres son las que más reconocen que mienten en la consulta; un 14% frente a un 10% de los varones. Los más mentirosos son los vascos de 25 a 34 años, pues el 45% de ellos afirma no haber sido sincero, mientras los que van más de cara son los que tienen entre 55 a 64 años. Los motivos para mentir son diversos, pero sobresale el no querer explicar ciertos aspectos de la intimidad (75%), seguido por el miedo a que el médico diagnostique una enfermedad grave (25%). En cualquier caso, el fenómeno de informarse on line está dificultando la relación entre el médico y el paciente, que se ha vuelto desconfiado.
Las contraindicaciones de esta dependencia internauta son claras. Ya en 2001, un médico británico llamó al diagnóstico por Internet y a las ansiedades que provoca, cibercondría, una variante de la hipocondría, que es la preocupación excesiva sobre la enfermedad real o imaginaria.
Ocho años más tarde, dos investigadores de Microsoft publicaron un análisis de las búsquedas de salud, -representan una de cada veinte que se realizan- en el que se demuestra como una búsqueda puede llevar a una persona a un agujero profundo. El problema es que en la red se encuentra un mar de información que en algunos casos puede ser correcta, y en otras absolutamente desastrosa.
Y eso que los vascos son los ciudadanos con más concienciación en medicina preventiva ya que un 64% se ha realizado una revisión médica hace menos de un año. Solo dos de cada diez declaran que hace entre uno y tres años que no se realiza ningún chequeo.