MADRID. La mariposa apolo ("Parnassius apollo"), el lagópodo alpino ("Lagopus muta") y el pinsapo ("Abiens pinsapo") encabezan la lista de especies mas amenazadas en España por el cambio climático, ha advertido a Efe la coordinadora de Red Natura 2000 del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), Gema Rodríguez.
El último informe Planeta Vivo de esta organización señala que los efectos de este fenómeno serán más severos entre aquellas especies que viven en zonas aisladas y ocupan zonas más restringidas, así como en los grupos con menor capacidad de dispersión y, por tanto, de adaptación a las nuevas circunstancias.
Animales y vegetales que viven en altitudes muy altas o muy bajas son particularmente vulnerables a esta amenaza que, además, puede provocarles cambios fenológicos: los provocados por factores climáticos en los ciclos de los seres vivos.
Así, la experta ha explicado a Efe que el cambio climático puede "afectar de múltiples maneras", desde alterar la capacidad de desove de los peces, hasta cambiar el canto de las aves o sus patrones migratorios.
En España, "el país europeo más vulnerable a este fenómeno", la mitad de las especies de anfibios, reptiles, mamíferos y aves corren el riesgo de ver reducidos sus hábitats en más de una tercera parte y varios estudios demuestran que ya se está produciendo "un desplazamiento hacia mayores latitudes de animales y plantas".
Esta migración supondrá un "empobrecimiento de la biodiversidad", con el traslado de especies desde el sur de la península ibérica hacia "zonas climáticas en el futuro más favorables" al norte.
Además, deberán enfrentarse a una "falta de conectividad ecológica" a causa de la "alta fragmentación de los usos del suelo".
En la lista elaborada por WWF de las 10 especies más amenazadas en España por el cambio climático figura en primer lugar la mariposa apolo, que vive en zonas montañosas y, con el aumento de temperaturas, "se verá obligada a buscar zonas de mayor altitud".
Otro "claro ejemplo" de especie forzada a desplazarse al norte es el lagópodo alpino o "perdiz nival", especialmente adaptada al frío extremo y que en España ya sólo se encuentra en Pirineos, a más de 1.800 metros de altitud.
Su característico plumaje invernal, blanco para camuflarse, podría desaparecer a medida que disminuya la frecuencia de las nevadas y aumente la altitud en la que se producen.
En el mundo vegetal, una de las especies más sensibles es el pinsapo, que sólo vive ya en zonas de elevadas precipitaciones anuales como la Serranía de Ronda.
Las cada vez más frecuentes sequías debilitan estos árboles y los vuelven más vulnerables a plagas y enfermedades, por lo que los expertos prevén que a finales de este siglo apenas quedarán bosques de pinsapo.
Otras especies amenazadas son el salmón atlántico, el sapo partero bético, la posidonia oceánica, el alcaudón chico, el tritón del Montseny o el lagarto del Hierro.
Ejemplo de que el impacto del cambio climático no es ninguna broma es la disminución, según "Planeta Vivo", del 58 % de poblaciones mundiales de vertebrados entre 1970 y 2012.
Los cálculos de la organización ecologista alertan de que con las actuales circunstancias hasta un 16 % de las especies podrían extinguirse en los próximos años, debido a la destrucción de hábitats, la aparición de nuevas plagas y enfermedades, así como la expansión de especies invasoras.
El propio Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) ha pronosticado que, con un aumento de 2 a 3 grados de temperatura, se incrementaría en un 20/30 % el riesgo de extinción de animales y plantas.
Además, Rodríguez ha señalado que las especies que logren resistir inicialmente al cambio climático afrontarán otros peligros, empezando por la sobreexplotación.
"Los impactos indirectos del aumento de temperaturas se han estudiado poco todavía, pero la sobreexplotación será uno de sus mayores desafíos", concluye la experta.