Bilbao - La Policía Nacional ha desarticulado, en colaboración con otras policías europeas, la organización más activa en el tráfico ilegal de inmigrantes ucranianos con destino al Reino Unido con la detención de 115 personas, de las cuales seis han sido arrestadas en Bilbao. La organización estaba asentada en Ucrania, Polonia, España, Bélgica, Irlanda y Reino Unido y habría traficado con al menos 6.000 personas.

Entre los detenidos están los principales responsables de la organización en España, Ucrania y Polonia, así como más de un centenar de inmigrantes detectados en los aeropuertos cuando intentaban llegar al Reino Unido utilizando los documentos falsos que les proporcionaban. Además se han emitido tres órdenes europeas de detención y entrega sobre otros miembros del mismo grupo que aún están pendientes de ser ejecutadas.

Un estudio de los documentos que portaban los inmigrantes y sus testimonios llevaron hasta el principal responsable de la organización, encargado de distribuir los documentos falsos y gestionar los viajes y que vivía con su pareja en Barcelona, donde fue detenido. En el registro de su casa tenía más de cien caras de identidad y pasaportes polacos falsificados. A continuación fue detenido en Rumanía el responsable de la captación de inmigrantes y en Polonia los encargados de la documentación.

La Policía ha explicado que en los últimos años, especialmente tras el comienzo de la crisis de la Península de Crimea, se ha producido un importante incremento en el flujo de ciudadanos ucranianos con destino a Reino Unido. Ante esta circunstancia las autoridades británicas reaccionaron imponiendo restricciones para conceder visados, lo que generó la aparición de organizaciones criminales que, a cambio de dinero, favorecen la entrada clandestina.

Por otro lado, los análisis de riesgos realizados por la Agencia Europea Frontex sobre falsedades documentales indicaron que en los últimos años se han incrementado las detenciones de ciudadanos ucranianos con documentos falsos, especialmente en el aeropuerto de Dublín (Irlanda). - Efe