vitoria - Las universidades compiten entre ellas. Así se demuestra cuando se publica el ranking de Shangai o el HIGER que elabora anualmente el diario británico The Times. Pero habría que tomar con cautela los resultados de estos listados ya que miden cosas diferentes. Y responden a intereses concretos. El de Shangai, por ejemplo, se centra en la investigación, el número de premios Nobel o los resultados de los docentes alumnos y ex alumnos. Su alternativa, el ranking QS toma en cuenta otros aspectos como la reputación académica, la del empleador o la relación de estudiantes por facultad. De sobra es sabido que no hay ninguna universidad española entre las 100 mejores del mundo, solo 12 entre las 500 mejores en el de Shangai, entre ellas la Universidad del País Vasco (UPV/EHU).

Quizá por ello, los últimos años han proliferado rankings patrios como el U-Ranking de la Fundación BBVA o el ranking CYD de la fundación de Ana Botín, creando una Liga estatal de universidades. ¿Son importantes? Sí, en la medida de que estar bien situado en un ranking influye en algo tan intangible como importante, el prestigio de una universidad. Por eso compiten las universidades, por ser atractivas para fichar o retener a los mejores profesionales, por lograr financiación externa y captar estudiantes.

Las universidades catalanas y madrileñas copan los puestos de cabeza de la mayoría de los rankings. Sin embargo son las universidades de Euskadi las que atraen a los mejores expedientes del Estado. Así lo refleja el informe Universidad Española en Cifras 2014-2015 presentado esta semana por la Conferencia de Rectores CRUE que, entre otras cuestiones, denuncia la situación “precaria” de los becarios en un sistema universitario -el español- con matrículas de las más caras de Europa, solo por detrás de Reino Unido, Irlanda y Holanda.

El estudio pone de manifiesto que hay grandes diferencias entre regiones y universidades a la hora de atraer a los estudiantes con las mejores calificaciones. Según el informe de la CRUE, el 73% de los nuevos alumnos de grado que accede a alguna de las tres universidades vascas (UPV/EHU, Universidad de Deusto (UD) y Mondragon Unibertsitatea (MU)) tiene una nota igual o superior al 7,5, dieciseis puntos más que la media del estatal situada en el 57%. Después del vasco, los sistemas universitarios más atractivos para los mejores expedientes son el catalán, donde el 67% del alumnado de nuevo ingreso llega de Bachillerato con una nota de 7,5 o más, y el madrileño, con el 66%. En el polo opuesto está Navarra donde solo el 22% de los nuevos estudiantes tienen un expediente de notable.

En esta situación incide tanto la composición de la oferta de titulaciones, como la amplitud de la misma y los resultados académicos de las etapas previas al acceso a los estudios superiores. El informe advierte de que en el sector privado existe todavía “una notable falta de información” acerca de la nota de ingreso de su alumnado. No es el caso de las instituciones privadas vasca que además destacan entre las más atractivas. Solo están por detrás de las de Madrid y Navarra. En concreto, el 30% del alumnado que accede a Deusto y Mondragon tiene una nota final de Bachillerato de notable. El hecho de ese porcentaje sea menor al 30% en los sistemas universitarios de Navarra y Castilla-La Mancha confirma la impresión popular de que las universidades privadas tienen un listón bajo más bajo que las públicas a la hora de aceptar estudiantes.

Durante la crisis (2008-2014) el número de estudiantes de grado se ha reducido globalmente un 6,56%, con un comportamiento de disminución del 9,24% en las universidades públicas y de incremento del 16,2% en las universidades privadas, siendo también reseñable la tendencia de crecimiento en la formación no presencial.

También por universidades el grado de seducción de estudiantes con diferentes notas de acceso presenta un abanico muy amplio. Las universidades Carlos II y Autónoma de Madrid encabezan las instituciones por las que fichan los mejores estudiantes, superando el 80% de alumnos de nuevo ingreso con una nota de acceso superior al 7,5. La UPV/EHU ocupa el sexto lugar de la lista (con el 72% del alumnado de notable) tras las tres catalanas (Pompeu Fabra y las universidades Autónoma y Barcelona). En el caso de Euskadi, más que atraer, la oferta académica de las tres universidades evita la fuga de los mejores estudiantes vascos a universidades de otras comunidades. Y es que el 93% del alumnado de nuevo ingreso reside en la CAV frente a por, ejemplo, el 70% de Madrid.

Como curiosidad el sistema universitario vasco, bastante autárquico, tiene más predicamento entre los europeos, con un 5% de las matrículas, que entre los estudiantes del resto del Estado, con el 2%. Las carreras que despiertan con mayor número de esttudiantes en Euskadi son las de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas (con el 35% de las matrículas) e Ingeniería y Arquitectura (31%). A distancia les siguen los grados de Ciencias (12%), Artes y Humanidades (11%) y Ciencias de la Salud (9%).

En el Estado, los estudiantes de grado han incrementado sus preferencias hacia las ramas de Ciencias de la Salud y las Humanidades, reduciéndolas en la rama de Ingeniería y Arquitectura. En el conjunto de las universidades, la reducción de la demanda de la rama de Ciencias Sociales y Jurídicas y el incremento de la rama de Ciencias de la Salud, se explican en gran medida por el cambio de ubicación de los estudios de Psicología. En el total de la matrícula de nuevo ingreso de enseñanza de grado, de los 12.208 alumnos que ha perdido la rama de Ciencias Sociales, más de 5.500 corresponden a alumnos de los estudios de Psicología, que por sí solos explican el 75,5% del crecimiento registrado por las enseñanzas de la rama de Ciencias de la Salud, que globalmente asciende a 7.335.