España es el país con más densidad mundial de bares; hay un bar por cada 175 habitantes. La “caña”, el café después de la comida, la tarde de copas son elementos esenciales no sólo de la cultura nacional, sino también de su economía.

Durante los siete años de la crisis económica-desde el 2008-entre 25.000 y 30.000 bares tuvieron que bajar definitivamente sus persianas. y las ventas de los que permanecieron abiertos cayeron en un 30%.

Es por esto que los últimos datos de la consultora Nielsen revelan, para su director general, Gustavo Nuñez, no sólo que este tipo de establecimientos está repuntando en el país, sino que la economía está evolucionando igualmente.

En España hay más bares, en concreto un 3,6% más que en el 2015, y se prevé que este incremento continúe en un 1,5% a lo largo de este año. Estas cifras son muy positivas tanto para el sector de la hostelería como para la población activa, ya que un 8% de ella trabaja en esta área.

Nuñez ha indicado que muchos españoles han encontrado una nueva salida profesional en la hostelería. como empresarios, autónomos o poniendo en marcha su franquicia de restauración organizada.

Con la apertura de nuevos establecimientos, los bares tradicionales han sufrido, en palabras de Nuñez “un declive”. Sin embargo, el bar de toda la vida sigue muy arraigado en el consumo y la cultura del español medio. De los 260.000 establecimientos con los que cuenta el país en la actualidad, un 60% (244.088) son ‘bares tradicionales’ con más de 15 años de antigüedad media.

Ese arraigo, no obstante, se ha visto minado por la diversificación en la oferta que ha traído la franquicia, al igual que nuevas formas de trabajar y la segmentación en los locales para atraer a los consumidores a lo largo de todo el día, aprovechando diferentes momentos de consumo, ha resumido el director de Nielsen Iberia.

la noche pierde éxito El estudio revela que una de las consecuencias de la crisis económica es que los españoles salen menos de noche, siendo el ocio nocturno uno de los segmentos más castigados en los últimos años, tras caer el 5,2% en 2015. La crisis, los temas legales como los horarios de cierre y la salud son algunas de las causas de este desplome.

Las discotecas experimentan una drástica caída, pasando de una penetración del 69% en 2009 al 39% en 2015, mientras que el gasto mensual en copas descendió de 95 euros en 2009 a los 67 euros en 2015.

Los españoles están cambiando la noche por el día, de tal manera que el consumo diurno de bebidas alcohólicas de alta graduación crece por encima del 7%, casi tanto como la cerveza, que roza el ocho por ciento del incremento.

“La noche pierde y gana el café-bar y la restauración- Estamos viviendo un cambio de hábitos entre los jóvenes, que prefieren el día y la media tarde a la noche” recalcó responsable del sector Horeca de Nielsen, Agustín Sans.

“Todas las categorías crecen pero el café y la cerveza son claves para los hosteleros, al ser las más rentables”. Además, las bebidas espirituosas crecen hasta un 7%, después de superar años de caídas por la crisis y empezarán a atacar la tarde” apuntó, recordando que la cerveza supone más del 56% del crecimiento de la hostelería diurna.

El responsable de hostelería de Nielsen ha destacado que los ejes del crecimiento del sector serán la salud, que los consumidores apuestan por productos orgánicos y sin alcohol, y la moda, que cambia el panorama con la aparición de cervezas artesanales y premium, así como ginebras y tónicas.

Por otro lado, Gustavo Nuñez ha destacado que el crecimiento de la hostelería en los últimos años ha venido impulsado por la presencia de franquicias, que han sido importantes porque “han traído la innovación y la promoción” a los bares y restaurantes españoles.

EL IMPACTO DE LA TECNOLOGÍA Respecto al perfil del consumidor que sale de la crisis, el estudio refleja que es mucho más exigente con el establecimiento. Los criterios de los llamados milennials -la generación de aquellos que nacieron entre el 1980 y el 2000- han irrumpido en la lógica de la hostelería. En España hay cerca de 8.153.428 personas nacidas baja la etiqueta de esta generación, según el Instituto Nacional de Estadística.

La creciente importancia de esta nueva generación no sólo se ha hecho sentir en este sector, sino que ha modificado tanto la publicidad como el mercado en general. Estos jóvenes han sido calificados de caprichosos y perezosos, sin embargo, según estipula la revista Forbes son trabajadores, escépticos e independendientes. Son también nativos digitales, lo cual en parte ha ayudado a forzar el mercado a la integración de las nuevas tecnologías.

Estos nuevos consumidores buscan la innovación, son menos fieles y más hedonistas. No sólo eligen un sitio en relación al precio, sino que demandan además una buena experiencia que con toda probabilidad compartirán en las redes sociales. Un estudio de la revista Time define a los milennials como “compradores quisquillosos” ya que quieren el tener el control total de esta experiencia de compra y “necesitan libertad para probar y buscan sentirse al mando”.

De esta forma, la tecnología (webs, apps y plataformas) se posiciona como un aliado necesario para impulsar el crecimiento de la hostelería, ya que el 60% de los consumidores acude a Internet a buscar información sobre los bares. “Una mala experiencia puede destrozar el local”, ha recordado Sans.

En concreto, uno de cada tres clientes comparte su opinión en Internet, tanto si está satisfecho como decepcionado, y esto tiene una implicación enorme para otros potenciales consumidores, pues las opiniones online se han convertido en la segunda fuente de información en la que más confían, sólo superada por la recomendación de familiares y amigos. - Efe