bilbao - Jacinto Bátiz se aproxima con cautela a la ley y la valora positivamente a falta de conocer el texto definitivo. “Si verdaderamente esta ley no contempla la eutanasia ni el suicidio asistido será una norma muy prudente y con sentido común. Pero lo digo desde la reserva de no tener el texto definitivo”, indica.
Parece que respeta la decisión de los pacientes que se encuentran en el proceso final de su vida.
-Eso ya está contemplado en la ley de 2002 que garantiza la autonomía del paciente. Mi inquietud es no saber cómo queda contemplado finalmente el derecho a la sedación. Pero si el derecho a la sedación se va a contemplar desde la perspectiva de que hay que hacer lo que diga el paciente, ahí los médicos tenemos muchas cosas que decir. La sedación es un tratamiento médico y los tratamientos médicos están indicados por los especialistas. Una cosa es que el paciente decida que sigue un tratamiento o que no, pero no puede pedir la sedación a la carta.
Lo que se le da al paciente es la potestad para renunciar a un tratamiento.
-Es que eso está ya recogido e incluso desde la ética y la deontología médica, los profesionales tenemos el deber de respetar el rechazo al tratamiento al paciente siempre y cuando esté bien informado del tratamiento y de las consecuencias del rechazo.
Se insiste en que el texto no incluye el derecho a la eutanasia ni al suicidio asistido.
-Es que la eutanasia y el suicidio asistido no tienen nada que ver con la sedación. La sedación es un tratamiento que consiste en disminuir la consciencia de la persona cuando el sufrimiento es insoportable. Eso no es ningún acto ni de suicidio asistido ni de eutanasia y eso se dejó bien claro en la comparecencia en el Parlamento Vasco. La sedación es un tratamiento más al que se puede acceder siempre y cuando esté indicado.
Expliquelo, por favor.
-Pongo un ejemplo muy claro. Es como si me viene un paciente y me dice; doctor, quiero que usted me recete un antibiótico.¿Y qué le pasa a usted? Es que yo tengo el derecho a que me dé antibióticos. Sí claro, yo le voy a dar antibiótico si tiene un problema médico que lo requiera. Si tiene, por ejemplo, una infección y si no se los doy me podrá denunciar porque estoy haciendo una mala práctica médica pero usted no me puede obligar a recetarle antibióticos si no los necesita. Por eso el derecho a la sedación, es solo si está indicada. Si he empleado todos los tratamientos existentes y no he sido capaz de quitarle el sufrimiento, entonces tendré que disminuirle la consciencia pero previamente habré utilizado todo lo demás. En mis aportaciones, yo insistí mucho en que matizaran este tema.
¿Cual es la situación de este tema en otras autonomías?
-Hay leyes como la andaluza, la navarra, o la de Aragón que no contemplaban eso. Luego salió la de Baleares y la de Canarias y ya lo recogían. Es decir, ponían específicamente que hay derecho a la sedación si está indicada. Algunos profesionales intervenimos en asesorar a los gobiernos de Baleares y Canarias para que incluyeran ese matiz porque es muy importante.
¿Esa fue su recomendación también a los parlamentarios vascos?
-Yo les dije por favor, señores parlamentarios; que nuestro Parlamento garantice a todos los vascos una buena atención, y de calidad, al final de la vida, sea en el centro de Bilbao o en el caserío más alejado de cualquier zona rural. Cuando tengan asegurado eso para todos los ciudadanos, y si ellos no quieren cuidados paliativos sino eutanasia, entonces póngase a reflexionar y estudiemos qué se puede hacer. Pero antes traten de universalizar los cuidados paliativos para todos.
Todo pasa por garantizar y universalizar los cuidados paliativos.
-Es que si no parece que vamos a hacer lo más fácil. Parece que vamos a decir como tenemos pocos recursos, y no podemos formar a muchos profesionales, y no podemos tener unidades de paliativos en todos los sitios y no podemos implementar equipos especializados, todo aquél que esté muy malito y que lo desee, pues le ponemos una inyección y ya está. Miren señorias, para eliminar el sufrimiento de las personas, no es necesario eliminar a las personas, fue lo que yo les dije.
Sin embargo, a los socialistas les parece un paso atrás porque no recoge ese derecho de las ayudas a morir.
-Precisamente yo repliqué a la parlamentaria Miren Gallastegi sobre esa cuestión. De hecho, me parece muy bien que los socialistas defiendan eso pero yo quiero unos políticos que me garanticen la buena atención médica al final de la vida. A mí, personalmente, me gustaría que no traten de eliminarme porque sufro si no que traten de evitarme el sufrimiento.