BARCELONA. La Fiscalía pide doce años de prisión para una madre acusada de haber provocado una parálisis cerebral a su hijo, golpeándole y zarandeándole con fuerza para que dejara de llorar en julio de 2009, cuando el bebé contaba apenas con seis semanas de vida.
En la sección 20 de la Audiencia de Barcelona se ha iniciado hoy el juicio contra la mujer, Julia T., a la que la Fiscalía acusa de un delito de lesiones y pide que indemnice con más de un millón de euros a su hijo por las secuelas derivadas de la paliza, que le obligarán a depender de una tercera persona de por vida.
Además, el ministerio público solicita que, durante el tiempo de condena, se inhabilite a la mujer para ejercer la patria potestad del niño, que está siendo tutelado por la Dirección General de Atención a la Infancia y la Adolescencia (Dgaia), aunque provisionalmente vive en acogida con sus abuelos maternos.
Según mantiene la Fiscalía en su escrito de acusación, el episodio que dejó con parálisis cerebral al menor ocurrió la madrugada del 14 de julio de 2009, cuando el niño, nacido en el Hospital de Granollers (Barcelona), tenía seis semanas de vida.
El ministerio público sostiene que, a media noche, el bebé empezó a llorar, lo que "enfureció y alteró" a su madre, que lo puso boca abajo sujetándolo violentamente por los pies y le propinó varias golpes en los glúteos, además de zarandearlo "insistente y bruscamente".
Horas más tarde, el niño sufrió una apnea y la madre lo llevó al Hospital Parc Taulí de Sabadell, donde quedó ingresado en la unidad de cuidados intensivos (UCI) debido a la gravedad de las lesiones que presentaba.
Por su parte, la mujer, que se encuentra en libertad provisional, ha admitido en su declaración ante el tribunal que zarandeó a su bebé, pero ha precisado que lo hizo porque le pareció que no respiraba debido al episodio de apnea por el que finalmente lo llevó al hospital.
A consecuencia de las lesiones, el niño sufrió diversos hematomas craneales, síndrome del niño zarandeado, infarto isquémico y anemia, por los que permaneció 16 días ingresado y tuvo que recibir tratamiento farmacológico, fisioterapéutico y antibiótico.
Las lesiones han dejado como secuelas al niño una parálisis cerebral con deterioro muy grave de las funciones cerebrales, que le obliga a desplazarse en silla de ruedas y a precisar la ayuda de una tercera persona, así como pérdida de agudeza visual y auditiva.
Según la Fiscalía, la procesada -a la que no aprecia ninguna alteración psíquica que le impida conocer el alcance de sus actos- tiene otra hija de 10 años a la que supuestamente abandonó en el domicilio de los abuelos maternos, sin previo aviso.