DURANGO - Por cuarta vez la villa durangarra revivió ayer la trigésimo octava edición de la fiesta en favor de las ikastolas y sobre todo del euskera. Los seis kilómetros y medio diseñados para la ocasión dibujaron el recorrido más urbano, jamás visto en la villa. Desde Tabira -barrio donde está ubicada la ikastola Ibaizabal hasta el parque de Zuhatzola, pasando por Landako y desde el barrio Aramotz-Matadero- hasta llegar a la ikastola Kurutziaga, fue la caminata que, en algunos momentos bajo el sol y otros con algunos chaparrones, hicieron ayer miles de euskaltzales. Para la ocasión, Durango cerró ayer su muralla para impedir que pudieran entrar los vehículos y para que sólo una marea humana pudiera disfrutar del buen ambiente, festivo y reivindicativo.

Este año el objetivo del Ibilaldia, organizado entre las ikastolas locales Kurutziaga e Ibaizabal gracias al trabajo de padres y madres, profesorado y alumnado, bajo el lema Dagigun!, ha sido “lograr recursos para poder continuar alcanzando retos. Kurutziaga usará el dinero recaudado para renovar su edificio de Educación Infantil, mientras que Ibaizabal lo destinará a pagar la deuda del nuevo edificio de Bachillerato”, recordaron ayer desde la organización.

Cerca de un millar de personas aportaron su granito de arena para que todo saliera a pedir de boca. Y a tenor de las impresiones de los miles de visitantes, todo salió perfecto. Una jornada que tuvo momentos emotivos, otros de recuerdo y sobre todo de alegría y diversión.

Posiblemente la primera zona, bautizada como Eraiki (Construye) fue uno de los espacios que más recuerdos dejaron. Allí, a las nueve y media de la mañana, decenas de personas no quisieron dejar pasar la oportunidad de ver el protocolario corte de cinta que corrió a cargo de dos de las trabajadoras, Rosa Elizburu y Rosi Oleaga, “dos profesoras de los centros que también han sido madres y sobre todo dos personas que han trabajado mucho para hacer realidad los proyectos educativos que actualmente están en Durango”, señalaron ayer. Por su parte, tanto Oleaga como Elizburu se mostraron emocionadas en el momento inaugural: “Dagigun!”, gritaron segundos después de alzar el corte de cinta que daba el pistoletazo de salida al acto.

El Ibilaldia contó con la máxima presencia de responsables políticos y sociales. En el acto inaugural estuvieron presentes el lehendakari, Iñigo Urkullu, la consejera de Educación del Gobierno Vasco, Cristina Uriarte, el diputado general, Unai Rementeria, la alcaldesa de Durango, Aitziber Irigoras, y Koldo Tellitu, presidente de la Confederación de Ikastolas. En sus intervenciones Uriarte apuntó que “la lengua es una herramienta más y fundamental hacia el modelo de excelencia que promueve la consejería y que dibuja Heziberri 2020”. La consejera confió ayer en que “el acuerdo en torno a una ley vasca de educación se pueda alcanzar y en el que la apuesta por la inclusión sea un elemento central”. Por su parte el portavoz de las ikastolas, Koldo Tellitu, señaló que “llevamos años trabajando por un modelo de educación propio y nos queda llegar hasta el resultado final. Espero que sea una realidad en la siguiente legislatura y logremos consensuar un modelo propio, acorde a nuestra nación”.

SIN MACHISMO Sin duda una de la peculiaridades del Ibilaldia de este año fueron los 300 agentes que portaban petos morados y que en todo momento vigilaban para que fuera una fiesta tranquila sin agresiones sexistas. “Si tenemos algún aviso, pondremos en marcha un protocolo de actuación. Aquí las actitudes machistas no tienen sitio”, apuntaron ayer desde la organización.

MUNGIA 2017 A las diez en punto daba comienzo el recorrido preparado por las ikastolas locales y miles de personas disfrutaban de las zonas, mientras los responsables de la jornada, con la mirada puesta en el año que viene, se dirigieron el espacio cultural San Agustín de Durango. Allí les esperaban los responsables de la ikastola Larramendi de Mungia, quienes recogieron el testigo para celebrar la fiestas de las ikastolas el año que viene. Joseba Balerdi, presidente de la Ikastola Kurutziaga, señaló: “Hemos hecho un trabajo duro y el año que viene será el turno de la ikastola Larramendi. La gente ha demostrado mucha energía y hemos sido capaces de hacer muchas cosas”. Por otro lado, el presidente de la otra ikastola organizadora, Kepa Zengotitabengoa, destacó que recibió “el testigo el año pasado en Bilbao y además con mucha ilusión y ahora toca que otro municipio organice el evento, aunque nosotros incluso tendríamos fuerzas de organizar otro Ibilaldia en Durango”, bromeó. Gaizka Abaroa y Alazne Arrieta recogieron el testigo y se mostraron “orgullosos y con responsabilidad”. Según adelantaron, “trabajaremos desde mañana para organizar otro Ibilaldia que coincide con el 50 aniversario de nuestra ikastola”.