vitoria - Obtener un título o un perfil de euskera será más accesible a partir de 2017. Tras años de polémica por el alto porcentaje de suspensos, sobre todo en EGA, la Viceconsejería de Política Lingüística presentó ayer en el Parlamento Vasco las mejoras que introducirá en el sistema de certificación para que “actúe como estímulo y acicate para impulsar el uso del euskera”. El viceconsejero Patxi Baztarrika definió el documento elaborado por el comité de sabios creado al efecto como un “hito” en el proceso de acreditación del euskera. Un paso, dijo, que está a la altura del Decreto de Convalidaciones de 2008 que redujo los 22 títulos existentes hasta entonces a los 4 recogidos en el Marco Común Europeo de Referencia de las Lenguas (B1, B2, C1 y C2). Según señaló Baztarrika, los nuevos criterios para la certificación del euskera y para la evaluación de las pruebas tiene como objetivo “contribuir al uso del euskera”. En definitiva, ganar hablantes.

Entre otros cambios, el nuevo sistema prevé implantar la evaluación continua en todos los niveles de euskaltegi y Escuelas Oficiales de Idiomas o un sistema de compensación que permita alcanzar el aprobado primando la expresión oral frente a la corrección gramatical. El proceso que entrará en vigor en 2017 podría decir adiós a las pruebas descalificatorias. Se abre la puerta a evaluar las cuatro destrezas, de manera que el apartado de la expresión escrita no cierre el camino a la realización de las pruebas de expresión oral, como sucede ahora en EGA. Y en caso de suspender, se podría reservar la calificación de algunos de los apartados (por ejemplo, comprensión oral y escrita) para futuras convocatorias. También se propone una evaluación “en positivo”, de forma que los examinadores hagan hincapié en los aciertos y, sobre todo, valoren la competencia oral.

Otro de los cambios fundamentales afectará a los perfiles lingüísticos que se exigen en los distintos ámbitos de la Administración vasca. Así, se impulsará una adecuación más fina de la exigencia de un determinado perfil al puesto que se va a desempeñar realmente. Y además, se podrían certificar destrezas y no solo títulos completos. El informe de la Comisión de Seguimiento de las Convalidaciones de las Certificaciones del Conocimiento de Euskera (en adelante Comisión de Seguimiento) propone hasta 12 recomendaciones surgidas tras analizar los exámenes que se hacen. Quizá, una de las conclusiones más importantes del documento aprobado por “unanimidad” es que todos los organismos acreditadores (HABE, IVAP...) están dispuestos a unificar determinados elementos que cada cual aplica a su manera (modelos de examen, sistema de puntuación, criterios de corrección, sistemas de compensación, peso relativo de cada una de las destrezas, etc.).

La de ayer era una de las Comisiones de Educación y Política Lingüística más esperadas de los últimos años. No en vano, el Gobierno Vasco hacía público el informe realizado por la Comisión de Seguimiento con las orientaciones para actualizar el sistema de acreditación con arreglo a la situación sociolingüística actual. Esta demanda parte del Plan General del Euskera de 2012 y viene recogida también en la Agenda Estratégica del Euskera (2013-2016). Pero ha habido que esperar a que la polémica por el alto número de suspensos en el EGA estallase el año pasado, pese a mostrar el mejor registro del último lustro, para que el Gobierno Urkullu haya encargado el estudio de la situación a un comité mixto compuesto por representantes de la Administración (Función Pública, Sanidad, Interior, Educación, IVAP y HABE) y expertos en la materia.

Como resultado de este trabajo, la Comisión ha aprobado por unanimidad un documento con 12 conclusiones y sugerencias para la mejora de los distintos sistemas de certificación del conocimiento del euskera. La primera de ellas confirma la “fiabilidad” del sistema vigente.

Fiabilidad e innovación Según el comité de sabios, todas las pruebas (EGA, HABE, Escuelas Oficiales de Idiomas y perfiles) tienen “una validez plena” y la fiabilidad de los evaluadores también “presenta plenas garantías”. Su calidad, por tanto, es homologable a la de cualquier otro sistema europeo. No obstante, este grupo de especialistas considera que los organismos acreditativos “no pueden incurrir en un conformismo” y les insta a “establecer un proceso de mejora continua” que permita seguir progresando, “a fin de fortalecer y consolidar la calidad de las pruebas”.

Perfiles y destrezas El comité llama a corregir algunas distorsiones que se dan a la hora de exigir un perfil determinado para un puesto en la Administración y abre la puerta a la certificación por destrezas. Pese a reconocer que “en la mayoría de las ocasiones” las exigencia de un perfil suele estar ajustada, los expertos creen que “en determinados casos” se asignan perfiles lingüísticos superiores al nivel de competencia otorgado por la formación académica reglada requerida para el puesto. Ponen como ejemplo de mala praxis la generalización del perfil 4 en los puestos de técnico superior. El texto apunta que medidas como estas, adoptadas pretendidamente en favor de la normalización lingüística, “conllevan que determinados empleados públicos deban hacer uso de competencias lingüísticas superiores a las adquiridas en la educación reglada, lo que a menudo puede llevar al fracaso”.

temática a la carta También hablan de adaptar la temática de los exámenes de expresión oral y escrita al perfil de las personas que se presentan a cada una de las pruebas para que se ajusten a las necesidades comunicativas a las que van a hacer frente. En este sentido, recomiendan que los perfiles deberían recoger temas cercanos al mundo de la Administración. De esta forma, explican, “el personal técnico y administrativo, el personal médico y de enfermería, los y las ertzainas? tendrían la oportunidad de desarrollar temas propios de su quehacer cotidiano”. Y otro tanto con el EGA, al que mayoritariamente se presentan jóvenes.

Evaluación continua Por otro lado, este grupo de especialista estima “muy interesante” tomar en consideración “el concepto de evaluación continua” del trabajo que desarrolla el alumnado en los euskaltegis y escuelas de idiomas, no solo para ver su progreso sino “en la acreditación de la competencia”. La condición que ponen es que el nivel acreditado mediante esta observación continuada se ajuste al Marco Europeo. La comisión pone de relieve que nada impide implantar la evaluación continua porque “ni en la normativa de las Escuelas Oficiales de Idiomas ni en las de HABE existe impedimento legal alguno para la integración de la evaluación continua en el sistema de acreditaciones”.

Evaluación en positivo Desde el punto de vista de los expertos, “los y las examinadoras deberían evaluar de una manera aún más positiva, subrayando y valorando como se merecen los aciertos de quienes se presentan a las pruebas”. Y añaden que en la evaluación se debería valorar la capacidad comunicativa por encima de la corrección.

“Sin poner en tela de juicio la importancia de la corrección gramatical, estamos convencidos de que debe darse prioridad absoluta a la capacidad comunicativa”, dicen. Y es que, la finalidad de las pruebas es que el alumnado demuestre que sabe expresarse. Para lograr este objetivo, el comité recomienda recalcular el peso relativo de ambos parámetros, “dando primacía a los aspectos comunicativos con respecto a la corrección”. Otra de las sugerencias es pedir menos palabras en las pruebas de expresión escrita para abandonar los criterios del castellano y adaptarlos a los usos del euskera.