berlín - El gobierno de la canciller alemana, Angela Merkel, ha dado un giro de 180 grados a su política de refugiados y ha renegado de la cultura abierta de acogida que había distinguido hasta ese momento a su Ejecutivo, según su socio menor de coalición, el líder de la Unión Social Cristiana (USC), Horst Seehofer. “El gobierno federal ha cambiado por completo su política de refugiados, aunque no lo admita”, dijo Seehofer al diario Bild am Sonntag.
“Ha habido una creciente disminución de la cultura de acogida incondicional. A pesar de las imágenes de la frontera entre Grecia y Macedonia, ningún político alemán dice hoy en día: ‘Las fronteras están abiertas, que todo el mundo venga a Alemania’”, agregó.
Anton Horfreiter, un alto miembro del opositor partido Los Verdes, también acusó a Merkel de cambiar de rumbo en materia de inmigración, diciendo al diario Rheinische Post que la canciller había “renunciado a su enfoque humanitario” al apoyar un acuerdo entre la UE y Turquía que tiene como objetivo detener los flujos de migración ilegal hacia Europa.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas, Wolfgang Schäuble, consideró el refuerzo de sus fronteras exteriores “indispensable”.
Preguntado sobre si Alemania está preparada para recibir este año 1,1 millones de inmigrantes y refugiados como en 2015, hizo notar que “toda Europa trabaja para reducir el número”. “No es posible -argumentó- que cualquier ciudadano del mundo que viva en una situación difícil venga a Europa”, pero al mismo tiempo “Europa tiene una responsabilidad” para resolver esas situaciones en otros continentes. - E.P./Efe