Donde dije digo, digo Diego. O lo que es lo mismo, lo que en agosto era talante del nuevo Ministro de Educación, Íñigo Méndez de Vigo, acorralado por las comunidades antilomce, hoy es una mueca irónica. El Gobierno español no retrasará sine die la nueva la reválida de Bachillerato, como se comprometió De Vigo tras tomar posesión de la cartera de José Ignacio Wert. Ayer, el Ministerio de Educación confirmó que el calendario de la Lomce no se toca. Por tanto, este curso la Selectividad pasará a la historia. Y en 2017 los estudiantes de 2º de Bachillerato se enfrentarán a la reválida -con los contenidos fijados por el Ministerio- para poder lograr el título; y las universidades deberán tener listos sus procedimientos de acceso: su contenido, reglas de funcionamiento, criterios de realización y fechas.
Ayer fuentes del Ministerio afirmaron que no va a ceder ante la petición de los rectores de prorrogar un año más la Selectividad ante la falta de desarrollo normativo de la evaluación final, que genera “incertidumbre” en cientos de miles de estudiantes, especialmente en los que ahora cursan 1º de Bachillerato, que en junio de 2017 estarán en condiciones de hacer estos exámenes. “Hay tiempo más que suficiente, ya que la prueba no se va a celebrar este año, sino que será el año que viene, luego queda más de un año para su realización”, sostuvieron desde el ministerio, que añaden la nueva prueba estará diseñada para dar “todas las facilidades a los alumnos”, tendrá una estructura “similar” a la actual Selectividad. La única diferencia “importante” es que será una prueba única en todo el Estado.
El secretario general de Universidades, Jorge Sáinz, afirmó que durante los últimos meses el Ministerio ha tratado con la Conferencia de Rectores (CRUE), en “varias reuniones”, cuestiones técnicas de la evaluación final de Bachillerato de la Lomce que “han sido bien acogidas por los rectores”, quedando claro que “no hay ninguna indefinición jurídica”. Según explicó, la propuesta del Ministerio se concreta en que la evaluación final de Bachillerato sea “similar” a la existente “con la misma estructura y configuración”, y en la que las universidades y profesores de Bachillerato “tengan participación”. El objetivo para Sáinz es que los estudiantes “no se vean afectados por los cambios” porque “será como la actual”. - I.Alonso