GASTEIZ - La periodista vasca Ane Irazabal se encontraba ayer de nuevo en Grecia, en el cruce fronterizo de Idomeni, tras ser liberada por las autoridades macedonias tras 12 horas de detención en una comisaría fronteriza. La enviada especial de Euskal Telebista fue detenida el lunes junto a otros 71 periodistas, voluntarios y activistas internacionales al cruzar la frontera con Macedonia acompañando a un grupo de 1.500 refugiados. Todos ellos fueron acusados de cruzar de forma ilegal la frontera entre los dos países. “Nos tuvieron allí 12 horas hasta que firmamos un papel en el que admitíamos que habíamos cruzado la frontera ilegalmente, pagamos 250 euros y no podemos volver a entrar a Macedonia en los próximos seis meses”, cuenta desde Idomeni. Irazabal aclara que el trato fue bueno, “pero éramos muchos y la burocracia fue muy lenta, por eso tardamos tanto en salir”.

El suceso tuvo lugar cuando acompañaban a cientos de refugiados que, hastiados del bloqueo de Idomeni, donde se han quedado atrapadas unas 40.000 personas en condiciones precarias, habían decidido cruzar la frontera con Macedonia por una peligrosa ruta de bosques de 10 km. “Esta ruta la utilizan normalmente los traficantes, también los agricultores de la zona, hasta ahora no la utilizaban los refugiados. Pero unas 1.500 personas se reunieron ayer (por el lunes), se organizaron la noche anterior, para iniciar esta marcha, que ellos llamaban la marcha de la esperanza, y cuando llegaron a Macedonia, los militares estaban esperando”, relata la periodista de Euskal Telebista.

Según Irazabal, “lo más peligroso de esta ruta es el río”. “En ese mismo río habían muerto tres personas la noche anterior intentando cruzar, el agua estaba helada, pasaron mujeres, niños, bebes; tenía muchísima corriente. Fueron imágenes espeluznantes y a ellos les venía a la mente el peligroso recorrido que habían hecho en el mar, tener que volver a entrar en el agua y cruzar ese río fue una experiencia muy desagradable para ellos”, asegura. Al llegar a la frontera, el personal internacional fue enviado a una comisaría fronteriza, mientras que los refugiados fueron obligados a sentarse y a permanecer durante horas a la intemperie, en plena noche y lloviendo. “Algunos fueron golpeados”, destaca la periodista vasca. Todos ellos fueron finalmente devueltos a Grecia. “Muchos tuvieron que hacer el mismo peligroso camino de vuelta para llegar a Idomeni, algunos han ido llegando durante la noche”, agrega.

Por su parte, Save the Children denunció ayer, a través de un comunicado, que “las autoridades de Macedonia comenzaron a devolver a la gente en camiones a Grecia por la noche, bajando a niños tiritando, mojados y desorientados de vuelta al otro lado de la frontera”. “Algunos se desmayaron en la carretera y necesitaron atención médica en el pavimento y los que consiguieron volver al campo pasaron la noche al raso y con lluvia”, señaló la organización.