Unas jornadas literarias en las que todos los ponentes son hombres; un foro empresarial con una presencia de corbatas del 99%; un congreso sobre comunicación y ciencia mayoritariamente masculino... son situaciones habituales que suelen pasar desapercibidas y no avergüenzan a nadie si no se les aplica la lupa de la igualdad. Y fue precisamente un acontecimiento de este tipo el que hace casi tres años dio pie al nacimiento del colectivo Doce Miradas.
“Somos doce mujeres que nos juntamos alrededor de un blog colaborativo. El blog es el soporte principal del proyecto, pero en torno a él hay más cosas y toda una red de relaciones”, explica Noemí Pastor, miembro de Doce Miradas. Las doce componentes del colectivo tratan de “remover conciencias” ante situaciones de desigualdad tan cotidianas que muchas personas ni siquiera son conscientes de ellas. Noemí Pastor, que actuó como portavoz, explica que aunque son un grupo heterogéneo de mujeres tienen una característica común: “ninguna somos especialistas en género”. “Creo que para reflexionar sobre la igualdad no hace falta ser especialista y nos tomamos esta característica con toda la humildad del mundo, porque estamos aprendiendo. A medida que reflexionamos vamos aprendiendo y alimentándonos unas a otras. Gracias a esta falta de especialización también hemos conseguido algo que en principio no estaba previsto y es que hemos divulgado el feminismo o el mensaje en pro de la igualdad. Y lo hemos logrado porque utilizamos un lenguaje muy coloquial, no hablamos con tecnicismos”.
“Siempre he pensado que el feminismo comunicaba mal -explica Noemí Pastor, que además de bloguera es lingüista-, y cuando me uní al grupo de Doce Miradas no era mi objetivo, pero contando nuestras experiencias de manera coloquial y compartiéndolas con otras personas hemos conseguido comunicar. También hemos logrado aunar y sumar a nuestra causa a gente que en principio era reacia a acercarse a esto del feminismo porque no se sentía identificada”.
La forma de comunicar y denunciar la “falsa igualdad” de nuestra sociedad se ha convertido en un rasgo importante del colectivo -varias de sus componentes son periodistas- que reclama “un espacio común para hombres y mujeres más justo y equilibrado”. Reacias a admitir una clasificación de distintos tipos de feminismos -“no hay feministas buenas y malas, unas más radicales y otras más majas, de primera o de tercera división”- en Doce Miradas asumen que debe haber movimientos de vanguardia, que “rompan muros, nos llamen la atención y nos escandalicen con cosas que dentro de treinta años serán normales”. Pero ellas hacen más un trabajo de divulgación: “señalamos que las situaciones de desigualdad no son algo que esté pasando en Marte o en un rincón perdido de África, hablamos de cosas que, por ejemplo, me suceden a mí todos los días desde que me levanto hasta que me acuesto, en mi trabajo, en casa, cuando voy por la calle... estamos hablando del día a día”, relata Pastor.
Presencia femenina Para definir en qué consiste el proyecto Doce Miradas su portavoz propone utilizar alguno de sus lemas: “No nos van los techos de cristal, somos más de cielo abierto” o “las cosas se cambian cambiándolas”. Y sobre todo la frase “nosotras contamos”, “que se utiliza con el doble sentido -explica Noemí Pastor- de que somos importantes y debemos ser conscientes de nuestra propia valía, y de que hacemos, literalmente, las cuentas de cuántas mujeres participan en los eventos públicos, sobre todo en los que están pagados con dinero de todos. Nosotras contamos cuántas mujeres hay en los eventos porque consideramos que es importante que las mujeres estén en lugares visibles, es algo que debemos hacer por las generaciones venideras”.
Esta labor de “contabilidad” de la presencia femenina enlaza con el origen de Doce Miradas. “Decimos que nuestra impulsora fue Ana Erostarbe y todo empezó por un cabreo muy gordo que se cogió cuando asistió a un congreso sobre divulgación científica, pagado con dinero público, y vio que la proporción de mujeres y hombres daba pena, era algo así como 50 hombres y 2 mujeres. Aquello le removió tanto que decidió que tenía que hacer algo, que eso no podía seguir así. Empezó a contactar con otras mujeres que podían estar interesadas, ésas llamaron a otras y nos juntamos una docena”, resume la bloguera.
Ahora, mientras preparan “algo especial” para su tercer aniversario, las componentes de Doce Miradas publican un post semanal en el blog, alternando miradas titulares e invitadas, y son muy activas en Twitter. “Nosotras somos bastante de guerrilla tuitera”, dice Pastor y pone un ejemplo: una vez en la Feria del libro de Bilbao hubo una mesa sobre novela negra y todos los ponentes eran hombres, así que me dediqué a la guerrilla tuitera y les di un poco de caña. Hablé con uno de ellos, un escritor conocido, le comenté que les había dado caña porque no había mujeres y me contestó ‘¿qué pasa, es que hay que forzar las cosas para que haya mujeres?’ y le dije ‘exactamente, hay que forzar las cosas’.
Para cambiar las cosas aconseja empezar por “mirar la realidad con las gafas y las antenas moradas y estar atentas al lenguaje, la música y algunas cosas más”. A la pregunta de si Doce Miradas es más de concienciar que de denunciar Noemí Pastor responde que son “de las dos cosas”. “Hemos denunciado varias veces, sobre todo vía Twitter y en el blog, y hay que seguir haciéndolo, pero no se trata simplemente de denunciar sino de reflejar la realidad y dar los datos de otra manera. ¿Es denuncia decir que en unas jornadas de traducción a las que he asistido esta semana solo participaron hombres? En realidad estoy constatando un hecho, lo que pasa es que lo estoy mirando con otros ojos... si eso es una denuncia, bienvenida sea. ¿ Y concienciar? pues somos de reflexionar y compartir nuestras reflexiones, si le convencen a alguien, bien, y si no, que dialoguen con nosotras, que eso nos encanta”.
En su reivindicación de mayor presencia de mujeres en actos y eventos públicos las componentes de Doce Miradas se han tropezado con una realidad que les preocupa. “Entre nosotras damos muchas vueltas al tema del protagonismo, porque a muchas mujeres les atenaza el miedo a hablar en público, a significarse, y creemos que cuantas más participen en la vida pública, más seguras se sentirán otras”. ¿Por qué sienten miedo escénico las mujeres? “Porque todavía creemos que ese no es nuestro lugar, nos han enseñado a no tener voz, a que otros hablen por nosotras”.
Doce Miradas. Formado por doce componentes que tratan de “remover conciencias” ante situaciones de desigualdad.
Reivindicación. Una de sus principales luchas es apoyar una mayor presencia de mujeres en actos y eventos públicos.
Inicio. Surgió a raíz de un congreso sobre divulgación científica, pagado con dinero público, en el que la proporción de mujeres y hombres era de cincuenta hombres y dos mujeres.