Bruselas - Los ministros europeos del Interior constataron ayer en un ambiente tenso, especialmente entre países como Austria y Grecia, las dificultades para avanzar unidos frente a la crisis de refugiados y se marcaron la cumbre con Turquía del próximo 7 de marzo como fecha límite para lograr una solución.
“En los próximos diez días necesitamos resultados tangibles, porque de lo contrario corremos el riesgo de que el sistema colapse por completo”, advirtió el comisario europeo de Migración e Interior, Dimitris Avramópulos.
Los Veintiocho celebraron un almuerzo de trabajo con el viceministro turco de Interior, Sebahattin Ozturk, precisamente para allanar el camino de cara a la cumbre del día 7 en la que se abordará el plan acordado con Ankara en octubre para contener la llegada de refugiados a la UE a cambio de 3.000 millones de euros. “El problema no se ha solucionado”, apuntaron ayer fuentes comunitarias, que reconocieron que el flujo no se ha reducido lo suficiente.
El recrudecimiento de la crisis por la llegada de refugiados a través de los Balcanes occidentales fue objeto de un desayuno de trabajo en el que solo participaron los países más afectados y luego fue tratado en la sesión plenaria, en la que el choque entre Austria y Grecia alcanzó su punto álgido.
tensión La ministra del Interior austríaca, Johanna Mikl-Leitner, caldeó el ambiente ya a su llegada a la reunión cuando declaró ante la prensa que, si Grecia controlase como es debido su frontera exterior, no sería necesario que Austria tomase medidas unilaterales.
El ministro griego de Política Migratoria, Ioannis Mouzalas, manifestó su hartazgo y recordó a la titular austríaca que sus socios son los griegos y los europeos, y calificó de “acciones hostiles” las medidas adoptadas por Viena. Chipre e Italia se mostraron comprensivos con el enfado griego y adoptaron una línea similar, al reclamar que se cumplan las medidas que ya se han adoptado y se dé una respuesta verdaderamente europea, mientras que otros como Luxemburgo, Bélgica y Francia intentaron mediar entre Austria y Grecia para calmar los ánimos.
En paralelo se conocía la decisión de Atenas de convocar a consultas a su embajadora en Viena, Jrissula Aliferi, lo que elevaba el enfrentamiento a otro nivel. “No estamos de acuerdo con las medidas unilaterales y por lo que hemos oído aquí muchos estados miembros también están en desacuerdo con el enfoque desordenado”, apuntó el alto comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados, Filippo Grandi, tras participar en la reunión de ministros.
Adoptar medidas unilaterales sin coordinación “crea caos y no permite hacer frente a las verdaderas necesidades de los refugiados”, añadió.
La ministra austríaca, en cambio, aseguró a la prensa al marcharse que sólo hubo críticas para y de Grecia, y que muchos países entienden las medidas adoptadas por Viena, pero no se atreven a reconocer que contribuyen a acelerar el debate y forzar la toma de decisiones.
Grecia convoca a su embajadora en Viena. Austria excluyó a Grecia y Alemania -origen y destino de la ruta de los Balcanes- de un encuentro restringido con nueve países para tratar de coordinar sus restricciones de fronteras. Atenas reaccionó ayer llamando a consultas a su embajadora en Viena.
Albania no pondrá muros para impedir el paso de refugiados. La ministra albanesa de Integración Europea, Klajda Gjosha, afirmó ayer que su Gobierno “no construirá ningún muro” para impedir el paso de refugiados si cambia la ruta que siguen los que entran por mar a Grecia para llegar a los países del centro y norte de Europa.
Bulgaria desplegará el Ejército en la frontera con Turquía. El Parlamento búlgaro aprobó ayer por unanimidad una reforma legal que permite desplegar a los militares en la frontera con Turquía para hacer frente a la presión migratoria.