PAMPLONA. La pérdida o deficiencia profunda de audición en ambos oídos es un problema con una alta incidencia en la población general, no solo en adultos sino también en niños. De hecho, 1 de cada 1.000 recién nacidos sufre este problema que, a lo largo de la vida, afectará también a otra persona más por cada 1.000 habitantes.
Uno de ellos es Sira, una bebé que a los 8 meses, tras la colocación de dos implantes cocleares, consiguió oír por primera vez la voz de su madre. En este vídeo se muestra la reacción de la niña en ese mismo instante.Desde la creación en el año 1989 del Programa de Implantes Cocleares, la Clínica Universidad de Navarra ha colocado 1.050 dispositivos, de los cuales, más de 500 se han implantado a niños. Para el desarrollo de este Programa, que cuenta ya con la experiencia de más de 25 años, la Clínica formó un equipo interdisciplinar compuesto por especialistas de otorrinolaringología, audiología, neurorradiología, psiquiatría, psicología, logopedia, neurofisiología y educación.“El implante coclear es un dispositivo electrónico que sustituye al oído externo, medio e interno, con resultados óptimos que permiten alcanzar una destreza comunicativa semejante a la de una persona oyente, sobre todo, si se implantan en el primer año de edad”, explica la doctora Alicia Huarte, especialista en Foniatría y Audiología de la Clínica Universidad de Navarra.
En muchos casos, cuando los problemas de audición son leves, se pueden paliar con el empleo de un audífono, pero cuando la sordera es intensa y el paciente no oye ni entiende prácticamente nada, el uso de audífonos resulta ineficaz, por lo que un implante coclear puede mejorar notablemente la calidad de vida al permitir que personas sordas o con grandes dificultades auditivas puedan volver a escuchar y a relacionarse con su entorno.
El caso de Sira: escuchó la voz de su madre con 8 meses
Sira oyó por primera vez con 8 meses. Fue la voz de su madre al decirle “Hola, chica” la que hizo que girara su cabeza en dos ocasiones, un gesto que dejó patente que la niña podía responder al estímulo auditivo. Sira nació sorda, por eso sus padres no olvidarán el momento en el que su hija oyó por primera vez. “La verdad es que fue espectacular, muy emocionante”, recuerda María Pilar, su madre, con entusiasmo y no es para menos teniendo en cuenta que Sira dejaba atrás ocho meses sin sonido.La pequeña pasó por el quirófano siete meses después de nacer.
El equipo del doctor Manuel Manrique, especialista en Otorrinolaringología de la Clínica Universidad de Navarra, le colocó dos implantes cocleares, uno en cada oído, que le permitieron oír. María Pilar reconoce que, a pesar de su corta edad, “es mejor colocar los implantes cocleares cuanto antes y, si es posible, durante el primer año de vida. Para qué esperar, si al final hay que hacerlo y está probado que los resultados son mucho mejores antes del año”.