vitoria - La base parece lo suficientemente sólida y resistente a posibles vaivenes sociales futuros para poder encarar en los próximos años -y décadas- la senda del crecimiento sostenible. Poco a poco, la ciudadanía vasca mejora en sus hábitos medioambientales y, lo que es más importante, materializa su compromiso en acciones y comportamientos en el día a día, por ejemplo en sus hogares. Bombillas de bajo consumo, electrodomésticos de alta eficiencia energética, compra de productos locales, reciclaje de todo tipo de materiales, control en el uso del agua,? son algunas de esas evidencias que inclinan la balanza del compromiso social hasta una nota media de 6,6 puntos sobre 10, dos décimas más que hace siete años.
Así queda reflejado en un estudio realizado por el Instituto Vasco de Estadística-Eustat en el que se subraya la implicación de la sociedad vasca en asuntos como el tratamiento de residuos (tanto de los habituales como de los ocasionales) y el ahorro en los consumos de agua y energía. Además, otro dato relevante que aparece en el citado documento es que los tres Territorios Históricos de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV) mantienen un estilo acorde en su forma de entender la sostenibilidad. Gipuzkoa (6,71) y Araba (6,64) se situarían, eso sí, por encima de esa nota media mientras que Bizkaia empujaría desde atrás con un 6,54.
Estos datos generales positivos sirven para confirmar que la educación ambiental, de respeto al entorno, ha evolucionado hacia una mayor sensibilización hacia la sostenibilidad. Una conciencia social que, además, no hace distingos entre grandes y pequeños ni entre hombres y mujeres ni entre ricos y pobres. Según las cifras recogidas en esta Encuesta de Medio Ambiente y Familia elaborada por el Instituto Vasco de Estadística, el grado de compromiso en los núcleos con más de 100.000 habitantes es similar al demostrado por los que no llegan a los 10.000: 6,61 frente a un 6,58; por género tampoco se aprecian grandes diferencias: 6,64 ellos y 6,59 ellas; y es idéntica (6,57) aunque se cobren menos de mil euros al mes o más de dos mil quinientos euros.
Responsabilidad Indicadores todos estos que suman y que contribuyen a facilitar el tránsito a un estilo de vida más responsable. Margen de mejora hay todavía; y tiempo para hacerlo también. De hecho, las pautas de consumo de la sociedad vasca deben ser analizadas y repensadas en determinados casos para poder prosperar. Por ejemplo, el uso de papel reciclado (21,8%), de pilas o baterías recargables (28,5%) o de envases retornables (19,2%) son algunas de esas asignaturas pendientes para la población. Los datos indican que el empleo de este tipo de elementos es aún más bien escaso; no lo es tanto el relativo al consumo de productos locales, cuya incidencia en la sociedad es considerable: un 66,2% de la ciudadanía lo considera importante.
El otro apartado en el que se registra una calificación baja (5,5 sobre 10) es el del Transporte y la Movilidad. El vehículo privado sigue a la cabeza de las preferencias ciudadanas, por encima claro está de otros medios para desplazarse como el tren, el autobús o la bicicleta. Eso sí, a pesar de que la movilidad continúa apoyándose en el transporte privado (35,4%) lo hace en un porcentaje menor al mostrado en el año 2008 (41,2%), por ejemplo. Por Territorios, en Gipuzkoa predomina el transporte privado (39,6%), en Araba los realizados a pie o en bicicleta (50%) y en Bizkaia están equilibrados el transporte público (36%), el privado (33%) y los desplazamientos a pie o en bicicleta (30%).
Los mejores resultados se obtienen en las categorías de Tratamiento de residuos habituales (8,8) y Tratamiento de residuos ocasionales (7,8), que obtienen un notable, seguidas por las de Ahorro de energía (6,8), Ahorro de agua (6,4) y de Actitud medioambiental (6,2). La lectura de los datos recogidos en el informe del Instituto Vasco de Estadística ofrece una visión global. Por ejemplo, en el indicador de Tratamiento de residuos habituales, Gipuzkoa alcanza la puntuación más alta (9,2) tras una mejora de 1,9 puntos con respecto a 2008.
Araba, por su parte, es el territorio con mayor puntuación en Ahorro de agua (6,6), mientras que Bizkaia es el Territorio Histórico que tiene la puntuación menor en los siete indicadores parciales, aunque sin grandes diferencias con los otros territorios. “Entre los grupos sociales que constituyen la población vasca, el Indicador de Medio Ambiente toma los valores más altos en las viviendas formadas por cuatro personas (6,7) y entre las personas con estudios universitarios o secundarios (6,7) y los más bajos en las viviendas con una única persona (6,5) y en las personas sin estudios (6,4)”, resumía el documento presentado ayer a la opinión pública.
Otros detalles La Encuesta de Medio Ambiente y Familia aborda otros aspectos como que el 97,4% de las familias vascas tiene algún hábito que les permite reducir el consumo de agua. Sin embargo, el hábito de reciclar el agua apenas lo tiene el 11,9% de las familias, cifra inferior al 13,1% de 2008. Además, se constata que esta medida es inversamente proporcional al nivel de ingresos, de manera que las familias con mayores ingresos son las que obtienen el valor más bajo (7,5%) y las familias con menores ingresos las que obtienen el valor más alto (16,8%). Destaca además que más de la mitad de las viviendas (51,2%) dispone de limitadores de descarga en la cisterna, resultado que casi duplica al obtenido en 2008 (28,6%).
Y si en 2008 el 90% de las viviendas contaba con calefacción, en 2015 esta cifra alcanza el 95%, destacando por tipo de calefacción las de gas (63,4%) y las eléctricas (22,3%). Casi la totalidad de las viviendas (99%) dispone de algún tipo de aislamiento. Así, las persianas (94,5%) y el doble cristal (71,6%) están presentes en la mayoría de las viviendas, destacando el aumento de éste último, casi 7 puntos porcentuales más que en 2008 (64,7%).
Por otro lado, y como muestra más palpable de ese compromiso con el medio ambiente, la población apoya masivamente (93,1%) la adopción de determinadas medidas a favor del entorno, tales como reducir el ruido del tráfico (84,6%), establecer un impuesto ambiental a los combustibles más contaminantes (60,4%) o restringir el consumo abusivo de agua (57,5%).