Gasteiz - El jueves vence el plazo para que los estudiantes de doctorado que comenzaron sus estudios antes de 2011 defiendan su tesis. La presión de los antiguos doctorandos por entrar en plazo ha multiplicado la lectura de tesis en el último trimestre en las universidades vascas. En la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) se ha incrementado el depósito de tesis un 90% y los tribunales de la Universidad de Deusto (UD) han vivido jornadas maratonianas con picos de 10 defensas en el mismo día. La norma afecta al 10% del alumnado de doctorado de Mondragon Unibertsitatea, que es la institución académica que se ha visto menos alterada por la normativa.

El 10 de febrero de 2011 el Gobierno de Rodríguez Zapatero aprobó el real decreto que regula los nuevos programas de doctorado. Entre otras cuestiones, la normativa daba de plazo cinco años para que los doctorandos y doctorandas presentasen su tesis, de lo contrario la investigación causaría baja en el programa. En la UPV/EHU un total de 629 personas inscribieron su tesis doctoral antes del 10 de febrero de 2011 y de ellas 375 han pedido trasladar su expediente a otro programa de doctorado ya regulado por el real decreto 99/2011, “lo que les permite ir a su ritmo a la hora de acabar la tesis”, afirma Nekane Balluerka, vicerrectora de Estudios de Posgrado y Relaciones Internacionales de la UPV/EHU.

La universidad pública ha afinado su engranaje para poder responder a la previsible avalancha de tesis. Como muestra un botón, en enero de 2015 se defendieron 20 tesis y en enero de este año 97. El incremento se ha notado especialmente desde setiembre. En el último trimestre de 2014 se depositaron 121 tesis y en el mismo periodo de 2015 se depositaron 226, un 87% más. Gracias al seguimiento realizado por la UPV/EHU, el alumnado no se ha visto perjudicado por la nueva normativa. A principios de noviembre la universidad envió a todos los doctorandos una circular en la que se informaba de la posibilidad de inscribirse en los nuevos programas de doctorado para poder planificar adecuadamente la demanda. Más de la mitad de los estudiantes se han decantado por esta opción.

“La gente tampoco creo que haya corrido”, dice Balluerka, ya que “aquellas personas que las Comisiones académicas o los directores y directoras de tesis consideraban que su investigación no cumplía con los criterios de calidad necesarios han pasado a los nuevos programas de doctorado”. La casuística es variada. Hay estudiantes dedicados a tiempo completo a la tesis, pero otros muchos son profesionales y compaginan la investigación con su trabajo. “Hay de todo, la mayoría de las personas que han pasado su tesis a los nuevos programas de doctorado son las personas que trabajan y hacen su tesis a tiempo parcial, con el gran esfuerzo que eso supone”.

Balluerka revela que ha habido complicaciones a la hora de componer los tribunales y que, tanto el servicio de Posgrado, como los distintos departamentos han tenido mayor carga de trabajo. “Los profesores, incluida yo misma, hemos tenido que acudir a tribunales en mucha mayor medida. Y no solamente porque tenemos que montar muchos tribunales aquí, sino porque todas las universidades del Estado están en la misma situación”.

La Universidad de Deusto (UD) lleva varios años experimentando un aumento en el volumen de tesis doctorales. El curso pasado se leyó la tesis número 1000. El cambio de regulación, que implica una fecha máxima para la defensa de tesis doctorales según regulaciones anteriores, “ha implicado un aumento mayor en el número de tesis doctorales presentadas”, afirma Esther Calvete, directora de la Escuela de Doctorado de UD. En concreto, este curso académico se han defendido casi 200 tesis doctorales entre septiembre y febrero. Ha habido días en los que se defendían más de cinco tesis. El pico fue el 29 de enero, cuando se defendieron 10 tesis en el mismo día.

Calvete destaca que, si bien la nueva regulación ha incentivado que muchas tesis se finalizaran, detrás de ellas, “hay a menudo profesionales que han compaginando la realización de su tesis con su trabajo en hospitales, centros educativos, empresas, etc. durante muchos años. Son por tanto tesis doctorales de gran valor y resultado del trabajo continuado durante muchos años. El cambio de regulación solo ha motivado su finalización”.

Acompañando este proceso ha estado un cuerpo de profesores de UD que en su rol de directores de tesis doctoral han hecho también un “sobreesfuerzo” para contribuir que las tesis “se finalizaran a tiempo y con una calidad excelente”. Según comenta, la gestión de los tribunales no ha experimentado ningún cambio cualitativo. “Los tribunales están compuestos por investigadores expertos en el tema de la tesis doctoral. El aumento de defensas ha implicado simplemente mayor esfuerzo organizativo”.

Mondragon Unibertsitatea (MU) es un caso excepcional porque “no ha habido una acumulación de tesis puesto que el 80% de ellas están alineadas con las líneas de investigación de empresas y organizaciones con las que colabora la universidad”, asegura Jon Altuna, vicerrector Académico de Mondragon Unibertsitatea. MU lleva un ritmo de 19 lecturas de tesis al año y este curso ya lleva 6. Por tanto, dice Altuna, “ creemos que el ritmo es el normal”. Los trabajos que había de decretos anteriores se defendieron antes de julio o a lo largo del curso pasado cuando hicieron un trasvase a los nuevos programas de doctorado. En este sentido, Altuna explica que “las tesis que vimos que podían tener más continuidad o que se podían dilatar en el tiempo ya las hemos traspasado a los nuevos programas de doctorado”. Desde su punto de vista, el decreto ha sido positivo porque “los nuevos programa vienen a confirmar el seguimiento y los estándares de calidad de las tesis”.