BILBAO. El reconocido antropólogo forense ha presentado hoy, junto a la directora de Víctimas y Derechos Humanos del Gobierno vasco, Monika Hernando, el Plan Vasco 2015-20 de investigación y localización de fosas, para la búsqueda e identificación de las personas desaparecidas durante la Guerra Civil.

En Euskadi están localizadas actualmente ochenta enterramientos de la guerra civil, veinte en Araba, 28 en Bizkaia y 32 en Gipuzkoa. Están recogidas en un mapa de fosas que se puede consultar en la web del Gobierno vasco.

Etxeberria ha aclarado que surgirán nuevas: siempre hay un "efecto llamada" y cuando se desentierran unas, hay testimonios avisando de nuevas localizaciones. "Hace solo diez días nos notificaron un fosa común en Bizkaia con dos personas, por gente que antes no se había atrevido a desvelarla".

Probablemente hay bastantes más: según los datos dados a conocer hoy por Etxebarria, durante la Guerra Civil murieron en Euskadi 6.300 personas del bando republicano y 5.700 del franquista, y hubo 2.352 vascos fusilados por los franquistas y 764 por los republicanos.

Además, no se podrá acceder a todos los enterramientos, porque alguno, por ejemplo, está hoy en día debajo de pabellones industriales.

Se comenzó a trabajar en estas fosas de manera científica en 2002, la primera, en Zaldibia. Antes, familiares de desaparecidos habían exhumado algunas por su cuenta tras la muerte de Franco.

Ha sido en los últimos años cuando Aranzadi y el Gobierno vasco han dado un impulso a las investigaciones, y este año hay ya 28 fosas sobre las que se trabaja. De hecho, se va comenzar el año con una nueva excavación el 2 de enero en el monte Urkullu, en Larrabetzu.

El objetivo del plan es poder investigar las 80 fosas conocidas para el año 2020.

Desde que en 2003 el Gobierno vasco pusiera en marcha la investigación sobre las personas represaliadas, fusiladas y desaparecidas en la guerra civil se han atendido más de 1.500 solicitudes de familiares, que han requerido consultas a más de 175 archivos, registros y otros centros de documentación repartidos en diferentes ministerios estatales.

Además, se han grabado en vídeo más de 500 testimonios de protagonistas y familiares, que constituyen la base de memoria oral sobre estos mismos hechos.

Etxeberria ha destacado que todo este trabajo no se realiza para escribir tesis doctorales, sino para las familias de los desaparecidos, a las que se entrega un informe completo de la investigación.

Otro de los objetivos del plan presentado hoy es definir un procedimiento de actuación en las exhumaciones, que incluye la puesta en conocimiento de los órganos policiales y jurídicos de los hallazgos e investigaciones realizados. Se ha seguido un protocolo fijado en Minnesota para estos casos.

Se pretende así dotar a los equipos que realizan las exhumaciones de unos mínimos estándares que garanticen no solo la búsqueda de la verdad, sino también la validez del procedimiento, de cara a una posible búsqueda de justicia, de manera que si alguno de los familiares decide reclamar a la justicia tenga un informe técnico sobre el que apoyarse.