Solo el 11% de los ertzainas son mujeres, frente al 20% de media en policía de la UE

Según Estefanía Beltrán de Heredia, consejera vasca de Seguridad, “conseguir una presencia paritaria en la Policía vasca sería lo mejor tanto para la propia organización como para la sociedad vasca en el camino hacia la igualdad”. Después de todo, a día de hoy, tanto la Ertzaintza como las policías locales continúan siendo preferentemente organizaciones masculinizadas. Así lo considera al menos el Plan Estratégico de la Ertzaintza 2013-2016, que realiza un diagnóstico de la situación de mujeres y hombres en la Policía vasca. Otras de las conclusiones que se remarcan en el estudio son la discriminación indirecta de las mujeres, la necesidad de políticas de igualdad y el uso de la formación como herramienta de gestión.

“Debemos modificar aspectos organizativos y de actitud, porque una policía moderna y cercana no se concibe sin la participación de la mujer en términos de igualdad”, recalcó Beltrán en el foro. Para ello, indicó que la ley de Policía vasca, actualmente en trámite, también tiene como objetivo impulsar el acceso y la promoción de las mujeres en el cuerpo así como “visibilizar” su presencia ante la sociedad.

En palabras de Beltrán, “algo se está avanzando”, ya que en el cambio generacional que se registra en la Ertzaintza la representación de las mujeres es de una cada cuatro aspirantes. Sin embargo, también apuntó que la Ertzaintza es “deficitaria” a la hora de canalizar la promoción interna de las agentes femeninas. “Aún queda mucho camino por recorrer para que se perciba esta profesión como atractiva para las mujeres”.

Los factores Precisamente, ese es uno de los puntos que también destaca Malentxo Arruabarrena, Directora de la Academia vasca de policía y emergencia. “A día de hoy la Ertzaintza no se ve como una profesión que puedan desempeñar las mujeres”. Según Arruabarrena, el problema reside en considerar la labor de la Policía vasca desde la fuerza. “Por ello, hay que comunicar que somos una policía cercana, de mediación, que crea empatía”.

Para Arruabarrena, esa concepción de las fuerzas de seguridad es la que frena a muchas jóvenes a presentarse a la Ertzaintza. Sin embargo, apunta que no es el único factor que influye. “Otro sería que la conciliación de la vida personal y familiar también es más complicada”. Esto sucedería, explica, porque las mujeres todavía creen que tienen que ser las que cuiden a los hijos. “Sí que hay una mayor corresponsabilidad en la pareja que antes, pero todavía no hemos llegado a la igualdad”.

Pero para entender la inexistencia de un porcentaje más elevado, Arruabarrena comenta que hay que conocer históricamente qué peculiaridades ha tenido cada promoción de la Ertzaintza. Empezando por la primera, en 1981, se impusieron algunos requisitos que no prohibían expresamente que las mujeres se pudieran presentar, pero sí que, a los efectos, se lo impedía. Una de las principales exigencias fue pedir el servicio militar obligatorio. “Esto nos vetó la entrada a la primera promoción, de donde salieron todos los mandos de la organización”. Por tanto, también es uno de los motivos principales por los que las mujeres no hayan podido aspirar a los altos escalafones de la Ertzaintza.

A continuación, durante la segunda, tercera y cuarta promoción, se limitó la inscripción de las mujeres a un 10-12%; y, de ahí en adelante, pudo asistir cualquiera. “Sin embargo, una cosa es que se puedan presentar a las pruebas y que lo hagan en situación de igualdad”.

Por ello, no fue hasta un artículo de la ley de Igualdad, que realza la no discriminación de la mujer, cuando se empezó a revisar de nuevo el asunto. “Gracias a esto, a partir de la vigésimo primera promoción aumentará el número de mujeres aspirantes”, indica Arruabarrena. De un 12-15 % se elevó a un 18-20%. Y durante la vigésimo primera, la vigésimo segunda y la vigésimo tercera se impuso un cupo de mujeres. “Pero esta medida se recurrió y se eliminó”.

Cambio de pruebas Finalmente, llegados a las actuales promociones, la vigésimo cuarta y la vigésimo quinta, se está optando por cambiar algunas de las pruebas que no eran apropiadas para ambos sexos. “Por ejemplo, en exámenes de conocimientos o entrevistas de personalidad no hay ningún problema, pero en una de las pruebas físicas sí”, comenta Arruabarrena. Se refiere concretamente al examen de resistencia, que se basaba en 1.000 metros de carrera y en el que “caían” una proporción importante de las aspirantes. “Ahora hemos cambiando al Course-Navette y estamos consiguiendo mejores resultados”.

La perspectiva de futuro es positiva, en opinión de Arruabarrena, es positiva, pero hay que hacer una gran labor de sensibilización y visibilización de lo que hace la Ertzaintza. “Y sobre todo dejar claro que el trabajo de policía lo puede desempeñar cualquier mujer”. Es más, recalca que a día de hoy cada vez son más necesarias las mujeres en la Policía. “Según las modificaciones de algunas leyes, cualquier persona puede exigir cuando le detengan que le cachee una mujer”. Por ello, espera que con la renovación de la vigésimo cuarta y vigésimo quinta promoción se vaya equilibran el índice y haya cada vez más mujeres en la Policía vasca.

Escala de mando. Dado que las mujeres no pudieron presentarse a la primera promoción de la Ertzaintza (1981), cuando accedieron ya estaban ocupados todos los puestos de mando y de ahí que también haya tan pocas policías en altos cargos.

Otros factores. La percepción de la Ertzaintza como fuerza impositiva en vez de que como organización cercana y de mediación y la todavía presente creencia de que las mujeres tienen una mayor reponsabilidad en el cuidado de los hijos y las tareas de casa reducen el número de agentes femeninas.

Porcentaje de mujeres policías en las capitales de la CAV

Bilbao 7,71 %

Gasteiz 15,64 %

Donostia18,55 %

Porcentaje de mujeres por tipo de servicios en la Ertzaintza

Protección Ciudadana9,08 %

Tráfico4,05 %

investigación16,46 %

Unidades operativas1,78 %