Bilbao - La demanda de mano de obra cualificada en los sectores de la tecnología e investigación es y seguirá siendo elevada. Los sectores relacionados con la ciencia y la tecnología representan una veta de empleo real, por lo que preocupa la falta de vocaciones científicas en la juventud. La demanda de profesionales de la ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés) crecerá en Europa un 14% hasta 2020 mientras que el crecimiento estimado en otras ocupaciones será del 3%, según un estudio del Centro Europeo para el Desarrollo de la Vocación Profesional. Por este motivo resulta “fundamental” despertar el interés los estudiantes en estas materias.
Estas son las principales conclusiones de la jornada celebrada ayer en la Universidad de Deusto y organizada por Innobasque bajo el título ¿Por qué las STEM son fundamentales en la educación del siglo XXI? El seminario se centró en cómo enseñar a los estudiantes estas disciplinas de forma que aumente el número de vocaciones. Este es uno de los retos a los que tratan de responder de forma paralela las administraciones, empresas y centros educativos. Según el estudio Aspires sobre los jóvenes de 10 a 14 años en la ciencia y las vocaciones profesionales, realizado por el King’s College de Londres, menos del 20% de los niños en esa franja de edad querría ser científico, solo por delante de comercial. En los primeros puestos de este listado de preferencias se sitúan los negocios (60%) y el arte y diseño (40%). En la zona media de la tabla, con un 30%, se encuentran ser una celebridad, la enseñanza, medicina, deportista y la abogacía. Por debajo del 30% se sitúan la ingeniería o inventor. La profesión científica ocupa el anteúltimo lugar después de peluquería y estética. Y esto se debe a que los escolares no se sienten atraídos por las STEM.
A la vista de estos datos, los ponentes reflexionaron sobre cómo dar la vuelta a la situación. No hay una única solución ya que las vocaciones son un tema multifactorial que no dependen solo del gusto de los jóvenes. También influyen el espacio social, económico o educativo. No obstante, parece que existe consenso en que uno de los abordajes más eficaces es hacer atractiva la enseñanza de las materias cientifico-tecnológicas con nuevos enfoques, materiales y pedagogías. Así lo expusieron Elvira González, asesora de Ciencias Naturales en Berritzegune Nagusia; Merkat Bernaola, director de Begoñazpi ikastola; Danel Solabarrieta, coordinador de proyectos educativos de Elhuyar Fundazioa; Diana Franco, responsable de Hirikilabs en Tabakalera; María Luz Guenaga, responsable de la unidad de Investigación en DeustoTech Learning; Asier Perallos, director de Ingeniería Informática de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Deusto y Alberto Bokos, director de Socialización de Innobasque.
Ajedrez para las matemáticas González explicó los proyectos Zien-tzia Hezkuntza y GoLab, puestos en marcha por el Departamento de Educación, ofrecen apoyo al profesorado que impulsa una didáctica práctica e innovadora para desarrollar competencias científicas. En los laboratorios on line de Golab, los profesores pueden acceder a materiales interactivos o descubrir buenas prácticas. Por su parte, Bernaola contó cómo los niños aprenden matemáticas jugando al ajedrez en Begoñazpi Ikastola, el primer centro de Euskadi en incluir el ajedrez dentro del currículo. Los alumnos de 4 años ya trabajan el ajedrez como materia y el objetivo es extender la asignatura a toda la etapa de Educación Primaria. Según el director de la ikastola, el ajedrez “es la primera lengua extranjera” de su alumnado.
Por otro lado, una de las debilidades en torno a las STEM es que hay muchas menos chicas que se decantan por estas carreras. Para equilibrar esta situación, Elhuyar Fundazioa coordina el proyecto europeo Sting que trata la perspectiva de género en la educación científica. De este modo, cuatro universidades, tres centros de ciencia y la fundación están desarrollando un curso para profesores de ciencia que den clase a estudiantes de entre 10 y 16 años. Asimismo, se ha dado a conocer la particularidad de Hirikilabs, un proyecto del los laboratorios de Tabakalera en Donostia, donde utilizan la tecnología como herramienta pedagógica.