madrid - La idea de la marcha contra la violencia machista “nació de la rabia y la indignación que nos producen las contantes agresiones machistas, la más brutal el feminicidio”, relata Patricia Ponce, directora de Programas de Género en la guipuzcoana Haurralde Fundazioa. Se larvó hace un año en la Coordinadora Feminista de Valencia, en respuesta a una reivindicación de numerosas mujeres, que exigían una “urgente implicación de las fuerzas políticas y sociales”, explican.

Arrate Arias, economista dedicada al desarrollo horizontal de la Diputación alavesa, dice que participa en esas citas “por el dolor de corazón que siento por la tolerancia social a los asesinatos de mujeres”.

Internet, como en otros movimientos sociales, ha sido de gran ayuda estos meses para ir tejiendo una red de grupos y personas que, progresivamente, se han ido adhiriendo a esta convocatoria, que reunirá hoy en Madrid a más de 300 grupos de todos los puntos imaginables de la Península.

Así, mientras ayuntamientos como el de Pasaia subvencionan el 50% de los gastos para el 7-N, los mensajes en las redes sociales parten de ayuntamientos y grupos de Tenerife, Xàbia, Denia, Alcalá de Henares, Burjassot, Villanueva del Fresno, Fuenlabrada, Dehesas Viejas y hasta París. En Facebook, personajes como El Gran Wyoming sostienen una pancarta que dice YoVoy7N.

May Serrano y María Seco fueron las artivistas (como ellas se definen) que idearon y promovieron Women in black en Bilbao hace dos años. Esta acción de emular a las mujeres asesinadas por las ciudades ha ido propagándose por diferentes urbes.

María Silvestre alaba los movimientos feministas y asociaciones que llevan años en Euskadi “trabajando y reivindicando mayores cuotas de igualdad y más justicia social”. En torno al 7-N están Gafas Moradas, Lanbroa, Galarazi Fundazioa, Gipuzkoa A-7 Indarkeria Matxisten Aurkako Martxa... Todas las impulsoras de este movimiento ya multitudinario.

Una bici pintada de morado anuncia la cita. Y los hashtags del exigido #PactoEstado y #Niunamenos. Porque, para reivindicar, hace falta estar viva. - C. M. S.