Vitoria- El catálogo de los recursos y los servicios con que las instituciones vascas prevén afrontar la anunciada llegada de un número indeterminado de refugiados podría quedar definido en los próximos días. Viviendas y locales disponibles para su acogida, y plazas y colectivos de profesionales dispuestos a aportar su granito de arena para facilitar el acompañamiento de esas personas en una primera fase constituirán el cuerpo central de ese inventario que está siendo ultimado gracias a la colaboración de administraciones y agentes sociales.
De este modo, el Comité Operativo que coordinará las incalculables labores de atención a los refugiados podría tener esta semana que viene sobre la mesa de trabajo esa hoja de ruta para allanar las dificultades y contratiempos que pudieran surgir en ese proceso. No en vano, la anticipación con que las instituciones y las ONG están abordando este asunto está siendo fundamental para responder con garantías al esfuerzo que supondrá la acogida de un millar de ciudadanos que han huido de sus países. El hecho de haber tomado la iniciativa de modo coordinado en este asunto, sin esperar a las demandas que a futuro pueda hacer el Gobierno español, ha servido para despejar dudas. En un primer momento se apuntó la primera quincena de octubre -antes de la llegada de los primeros refugiados- como fecha aproximada para tener elaborado ese catálogo de servicios y recursos que ya está a punto de finalizarse.
La atención sanitaria y la escolarización de los menores son algunas de las actuaciones a tener en cuenta y, de hecho, tal y como confirmó recientemente el consejero de Empleo y Políticas Sociales, Ángel Toña, sólo los municipios que dispongan de centro de salud y colegio podrán acoger a refugiados. En cualquier caso, el recurso más urgente es la vivienda.
Todo apunta a que esos refugiados -se calcula que un millar en total- que en menos de un mes podrían pisar suelo vasco -en grupos de doscientos individuos y de forma paulatina, cada tres meses aproximadamente- procederán en su mayoría de las comunidades que en la actualidad permanecen en Italia y Grecia. De hecho, el Gobierno español envió hace unos días a esos países varios equipos con la encomienda de realizar un trabajo de campo: organizar las primeras medidas de identificación, documentación y transporte de los refugiados que están y acceden a esos países.
Cuotas y criterios En cualquier caso, tal y como han advertido en distintas ocasiones desde el Ejecutivo vasco, la incertidumbre sigue presente en todo el proceso de distribución de cuotas domésticas por lo que las estimaciones de Lakua podrían verse modificadas. Para ello serán determinante los criterios que decida fijar España para distribuir el total que le asigne la Unión Europea. De acuerdo con las pautas seguidas por Los 28, población y renta son el cuerpo central de ese reparto.
En cualquier caso, la Comisión Interinstitucional y el Comité Operativo vasco que coordinan las labores de acogida y primera atención a esos grupos que vayan llegando a Bizkaia, Gipuzkoa y Araba no se oponen a que la cifra final que le sea adjudicada sea superior a ese primer cálculo. Eso sí, insistían en pedir al Gobierno español que actúe con criterios transparentes en el reparto y acogida y que emplee las mismas reglas que la UE.
“Dado que todavía se desconoce cómo y cuándo podrían llegar estas personas, las instituciones vascas se encuentran con una dificultad añadida a la hora de planificar la acogida”, describía el consejero Toña en una reciente comparecencia. A pesar de ello, y como medida de prevención, ya se está elaborando una guía para que ayuntamientos, diputaciones y ONG “puedan dar respuesta y encauzar de manera coordinada y adecuada” las propuestas y muestras de solidaridad de muchos ciudadanos anónimos.