viena - El corredor informal para refugiados de Oriente Medio desde el sureste de Europa hasta los países occidentales de la Unión Europea siguió funcionando ayer por tercer día consecutivo. Aunque todos los gobiernos implicados -el croata, el esloveno, el húngaro y el austríaco- niegan explícitamente que exista un acuerdo al respecto, los números hablan por sí mismos. Desde el pasado miércoles entraron en Croacia 27.000 refugiados a través de la frontera serbia, mientras que Austria registró solo el fin de semana la llegada de unas 20.000 personas en sus fronteras, sobre todo con Hungría.

Las autoridades croatas montan en autobuses y trenes a los refugiados recién llegados a su frontera este para enviarlos sobre todo a Hungría, donde hacen lo mismo para llevarlos a Austria. Allí, los refugiados son repartidos por distintas regiones del país alpino, para seguir su viaje hacia Alemania, el destino preferido de la enorme mayoría de los refugiados.

Unos estimados 2.000 refugiados nuevos, sobre todo sirios, afganos e iraquíes, siguen entrando cada día a Croacia, procedentes directamente desde el sur de Serbia, adonde llegan después de atravesar Macedonia. En un intento de frenar este corredor informal, las autoridades magiares empezaron ayer a levantar una valla de acero en el paso fronterizo de Baranjsko Petrovo Selo, que la televisión pública croata HTV calificó como “más parecido a la entrada a un campo de concentración que a un país”.

Mientras, cientos de inmigrantes han empezado a llegar desde el sábado a Austria también desde Eslovenia, una antigua república yugoslava que trata de ser más severa, alegando el respeto de las normas de la UE, que en realidad no permiten el paso de personas sin controles. Desde el miércoles, Eslovenia ha recibido a más de 2.500 refugiados procedentes de Croacia. Apenas siete de esos inmigrantes han pedido asilo en Eslovenia, un país miembro de zona Schengen, de libre circulación comunitaria. El resto siguió rumbo a la frontera austríaca, en transportes organizados y al final también caminando.

Eslovenia destaca que casi todos los refugiados que entraron en el país han sido registrados. “Registramos a los inmigrantes y protegemos la frontera Schengen, mostramos que somos fidedignos”, destacó ayer la ministra del Interior eslovena, Györkös Znidar.

Mientras tanto, crecen los roces diplomáticos entre Hungría y sus países vecinos sobre su restrictiva política migratoria, incluyendo la construcción de vallas alambradas. El Gobierno de Rumanía, en cuya frontera los húngaros también quieren construir una valla de separación, calificó este proyecto como “autista”, “inexplicable” y “contrario a la idea de la UE”. Además, el desvío de refugiados a Croacia se debe a que Hungría ha sellado su frontera con Serbia. Pero al ver ahora que los refugiados pasan de Croacia a Hungría, las autoridades rumanas parecen temer que los inmigrantes puedan intentar hacer lo mismo en su territorio.

Por eso, el Gobierno rumano anunció ayer que está construyendo como medida de precaución dos centros de acogida para refugiados muy cerca de su frontera con Serbia.

25.000

Refugiados han pasado por Croacia desde el miércoles, y solo el fin de semana 20.000 han llegado a Asutria.