Budapest - La crisis migratoria que sacude a Europa sigue retratando diariamente el drama de miles de personas que aspiran a un futuro digno lejos de sus países. Ayer perdieron la vida 12 refugiados sirios (cinco de ellos menores) en el mar Egeo en su intento por alcanzar las costas griegas. Marruecos rescató a cinco personas en el Estrecho. Miles de inmigrantes siguen protestando en Hungría ante el cierre de las estaciones de tren y ya se plantean acudir a las mafias para alcanzar sus destinos. La desesperación de los sin papeles hacinados en campamentos improvisados en Calais, junto al Eurotúnel, les llevó ayer a asaltar varios convoys jugándose la vida... un goteo constante de tragedias ante las que Europa no parece saber dar respuestas.
Esta oleada migratoria, la mayor desde la Segunda Guerra Mundial, pide a gritos soluciones frente al inmovilismo de los países de la Unión Europea, enfrascados en debates sobre a cuántos refugiados pueden o no acoger y más preocupados en aplicar medidas disuasorias que en poner soluciones al grave problema.
Reparto de 40.000 refugados En medio de este drama la burocracia funciona lenta. La Comisión Europea defendió ayer sus propuestas para avanzar en una política de inmigración común, que se ha comprometido a acelerar, y recordó que su propuesta para el reparto de 40.000 refugiados de Italia y Grecia “todavía está pendiente” de materializar.
“La primera propuesta que presentamos para reubicar a 40.000 refugiados en necesidad de protección internacional en un continente de 500 millones de habitantes todavía está pendiente”, afeó el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas. “Esto es algo que debe hacer mirar atrás a la gente. También ayudaría a los que ven muy fácil criticar a Bruselas”. El Ejecutivo comunitario insistió en no entrar en “un juego de culpas” con los Estados miembros por la responsabilidad de la crisis migratoria y dejó claro que las declaraciones de la canciller alemana, Angela Merkel, durante la rueda de prensa que ofreció en Berlín con el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, no van “en contra” de la Agenda Europea para la Inmigración que presentó en mayo y cuyas propuestas acelerará.
“Lo que importa es trabajar juntos para una solución. El momento está maduro y todo lo que se necesita para una solución ya está ahí”, ha dicho el portavoz comunitario, en alusión a las propuestas de Bruselas y que “algunos parecen que solo descubren ahora”. Pero en todo caso la Comisión será “muy rápida” para completar las propuestas ya avanzadas en mayo.
El Ejecutivo comunitario ya ha dicho que “acelerará” el trabajo para presentar una propuesta para crear un mecanismo permanente para reubicar a refugiados de un país a otros que se activará “automáticamente” para apoyar a “cualquier” país en “situación de emergencia”, para que esté lista para la reunión extraordinaria de ministros del Interior de la UE el 14 de septiembre en Bruselas.
Sin cifra total El Ejecutivo comunitario no incluirá una cifra total de refugiados que se deberían acoger pero sí mantendrá “en la misma línea” los “criterios” para “la llave de reparto” y su carácter “obligatorio” aunque está “dispuesto a discutir” un cambio en la ponderación de los criterios, tal y como figuraban en la propuesta que presentó en mayo para crear un mecanismo de reubicación temporal con el fin de que los Estados miembro se repartieran 40.000 refugiados de Italia y Grecia, los dos países más afectados por la crisis.
Los Estados miembro rechazaron entonces la propuesta inicial de la Comisión para introducir cuotas obligatorias de reparto en función de criterios. Bruselas mantendrá sus criterios para el reparto de refugiados entre países en base en cuatro puntos: el PIB y el tamaño de la población, que pesan un 40% cada uno, y la tasa de paro y la media de peticiones de asilo tramitadas y refugiados reubicados entre 2010-2014, que pesan el 10%. De los 40.000, los Estados miembro además sólo se han comprometido a acoger 32.000 hasta ahora de forma voluntaria, aunque Bruselas confía en que “antes de finales de año” lleguen a los 40.000.
‘No en mi nombre’ En medio de este clima de tensión, miles de personas se reunieron ayer cerca de la estación de trenes del Oeste (Nyugati) de Budapest, convocados para protestar contra los planes del Gobierno conservador de endurecer las leyes de inmigración, que entre otras prevén penas de hasta tres años por el cruce ilegal de la frontera. El grupo de voluntarios Migration Aid, que ayuda desde semanas a los miles de refugiados que se encuentran en la ciudad, había convocado la marcha, asegurando que el Gobierno conservador “causa miedo con sus medidas que no ofrecen soluciones a largo plazo”.
No en mi nombre fue el lema de la marcha que iba a concluir delante del Parlamento, una frase que apareció también en los carteles que llevaban algunos de los 4.000 manifestantes, según estimó el portal index. “Somos húngaros y queremos decir a Europa que nos avergonzamos de lo que está haciendo nuestro gobierno con los refugiados”, dijo una de las manifestantes, Henrietta, de 40 años y propietaria de un restaurante. “Es un deber venir aquí para decir que estas personas necesitan ayuda y ser tratadas con dignidad”, agregó. “Estoy aquí para protestar por unas leyes que dan poderes especiales a la policía y el ejército, así como el uso populista del Gobierno de la situación de los refugiados”, explicó András, otros manifestante, de 38 años.
Hungría elevó una valla alambrada de metro y medio de altura en su frontera con Serbia para parar la inmigración y se espera que hasta noviembre concluya una segunda, más sólida y de cuatro metros de altura y 175 kilómetros de longitud.
Las autoridades húngaras interceptaron en lo que va de año a más de 150.000 refugiados provenientes de países en conflicto, como Siria o Afganistán, que en su gran mayoría quieren seguir hacia países más ricos de Europa.
soluciones desesperadas Unos 800 euros por persona por llegar a Alemania o al menos 500 euros por alcanzar la frontera con Austria, estas son algunas de la tarifas que los traficantes de personas hacen a los centenares de refugiados encallados en Budapest, que dudan si acudir a ellos para salir del país. “Los traficantes están por aquí ofreciendo viajes a Alemania, dando vueltas”, explicó Nouhamed Saeed, un sirio de Latakia que cuenta que abandonó su país ante una orden de detención en su contra del régimen de Al Asad por participar en una protesta.
“Somos cuatro personas y nos pidieron 2.500 euros por llegar a Alemania. Era una oferta por ir en grupo, de forma individual exigen 800 euros”, explicó este universitario de 24 años. “Tengo unos amigos que viajaron esta semana y ya están en Alemania. Es un riesgo pero es el único camino que tenemos”, dijo al tiempo que aseguraba que ha sabido de otras experiencias en las que los traficantes cobraron a refugiados y después los abandonaron en una carretera húngara sin llegar a su destino. - Efe/E.P./D.N.
Las causas. El conflicto en Siria y la expansión de Estado Islámico, las medidas restrictivas de países como Turquía, Jordania o Siria con los nuevos demandantes de asilo o el desmoronamiento del Estado de Libia están detrás de esta crisis.
‘Bienvenidos refugiados’. Cuatro jóvenes alemanes han creado el proyecto Bienvenidos refugiados, que conecta a refugiados con personas que tienen una habitación disponible para alquilar.
Una manifestante húngara expresaba ayer en Budapest el sentir de muchos de sus conciudadanos.