Cuentan que la labor de los pastores vascos en la Idaho de fines del siglo XIX no era nada sencilla. El ganado acostumbraba a subir a los valles de alta montaña con el final de las nieves y no descendía hasta llegado el otoño. De buena gana habrían aceptado los vaqueros la ayuda de los dioses vascos en tan largas temporadas, pero éstos han tardado más de un siglo en seguir los pasos de su gente. El pasado domingo las divinidades Ilargi, Eguzki y Lurra pisaron por primera vez Boise. Ellas serán las protagonistas de las representaciones que la comparsa de gigantes Irrintzi realizará en el Jaialdi 2015.
“Hace cinco años, cuando vimos las imágenes del anterior Jaialdi nos entró el gusanillo, así que cuando abrieron el período de inscripción, probamos suerte”, explica Naia López, miembro de la comparsa. No albergaban muchas esperanzas porque cada año llegan cientos de solicitudes a Boise, sobre todo de ámbitos culturales y folclóricos. “Pero hace año y medio nos llegó la invitación y no lo dudamos”, rememora López.
Una vez aceptado el reto, tuvieron que devanarse los sesos para conseguir enviar las figuras a Estados Unidos. “Fue como jugar al tetris”, bromea López. Construyeron una caja enorme, de 1,80 x 1,20 x 1,30 metros y se afanaron por meter dentro las figuras, dividiendo cada una en cinco partes. El resultado, un paquete de 350 kilos que enviaron 15 días antes de viajar a través de una empresa de transporte.
“No nos dedicamos profesionalmente a la animación cultural y hemos tenido que hacer un esfuerzo económico importante para llegar hasta aquí”, explica López desde Boise. Pero ha merecido la pena. Este será el primer Jaialdi en el que actúen gigantes. Y no unos gigantes cualquiera. “Cuando elegimos el tema para crear las figuras, nos inspiramos en la mitología vasca, con su carácter matriarcal, y su manera de representar a las divinidades del Sol, la Luna y la Tierra”. La rigurosidad con la que representaron las figuras es tal, que en el acto principal del Jaialdi, la representación del día 31 en el Morrison Center, se utilizará a los gigantes para representar la historia de la mitología vasca.
Pero, a la espera de que llegue el plato fuerte, los gigantes empezaron ayer a amenizar las calles de la ciudad. “El ambiente es increíble. Todavía está llegando gente, pero es impresionante la cantidad de vascos que hay. No me acabo de creer que estoy en EE.UU. porque se escucha hablar euskera en cada esquina”, dice. Ellos reconocen estar encantados con el recibimiento. “Se nota la ilusión y las ganas de la gente de aquí. Llevaban tiempo esperando que llegara el Jaialdi”.