vitoria - Usted mantiene que ha aumentado el número de niños no vacunados.
-Hace cuatro años, teníamos una cobertura de vacunación en menores de un año del 97% y ahora estamos en el 95%. Así que sí puede decirse que hay un pequeño descenso y podría deberse a los antivacunas.
¿Que los padres no vacunen a sus hijos puede ‘resucitar’ enfermedades que se creían erradicadas?
-Muchas enfermedades infecciosas están desapareciendo. Sarampión, difteria, polio, tétanos..., enfermedades que a la gente de menos de treinta años casi ni le suenan ni las ha visto cerca. Y esto es como todo, como no lo ves ni lo conoces, no tienes deseo de protegerte contra eso.
Pues tienen mérito los médicos que han diagnosticado una patología que no se veía hace 30 años.
-Tienen mucho mérito porque nadie de los que estaban allí la había visto. Pero nosotros seguimos enseñando a los estudiantes estas enfermedades para que no se olviden de ellas porque no están erradicadas.
¿Los padres antivacunas son unos irresponsables o simplemente actúan con mala información?
-Las dos cosas. Hay desinformación. Todas las sociedades científicas tienen en su página web las recomendaciones de vacunas y los médicos ayudan a escoger información fiable. Pero algunos padres se malinforman y en lugar de acudir a las fuentes científicas se dedican a visitar páginas de gente que habla de vacunas como si supiera y no sabe. En este punto si existe cierta irresponsabilidad.
En internet aparecen informaciones tremendistas y hablan del contenido de aluminio en las vacunas.
-Las vacunas deben tener ciertas sustancias para que no se pudran, no se infecten y se mantengan estables. El agua para hacerla potable también tiene una dosis mínima de aluminio y otros metales. Pero hay muchos componentes que ellos aseguran que tienen que no tienen. Por ejemplo, mercurio. Ahora mismo no hay ninguna vacuna en España que tenga mercurio y ellos siguen diciendo que sí. Le están dando demasiada relevancia a algunos componentes de vacunas que llevan poniéndose 40 o 50 años sin mayor problema.
Esos colectivos las demonizan.
-Sí, pero estamos hablando de productos que se usan a nivel mundial, avalados por organizaciones sin sombra de duda como la Organización Mundial de la Salud o Unicef. Hay muchos ojos puestos sobre las vacunas como para pensar que estamos ante una conspiración mundial de las farmaceúticas que es lo que ellos también esgrimen.
Curiosamente lo que los pediatras y los padres reclaman siempre son más vacunas.
-Efectivamente. Hay que hablar que la mayoría de los padres quieren todas las vacunas posibles para sus niños y si no las consiguen aquí no les importa ir a Francia o a Portugal a por ellas. Nosotros, de hecho, estamos reclamando algunas.
¿Está diciendo que el calendario de vacunas es incompleto?
-Nosotros pedimos que sea más completo. Pensamos que hay vacunas que han demostrado su eficacia y que aquí vamos muy lentos en implantarlas. Es increíble que Grecia, a pesar de estar en la ruina absoluta, tenga un calendiario vacunal mejor que el nuestro.
¿A cuáles se refiere en concreto?
-Pues por ejemplo la varicela que afortunadamente el ministro de Sanidad acaba de plantear incluir. El neumococo, que previene contra la meningitis, por fin se ha introducido en los calendarios y el País Vasco va a empezar a ponerla en septiembre. Así que lo que pedimos fundamentalmente es la inmunización contra la varicela y la vacuna del meningococo B.