bilbao - Los pediatras volvieron ayer a reafirmar con contundencia la necesidad de vacunar. El presidente de la Asociación Española de Pediatría (AEP), Serafín Málaga, pidió ayer en Bilbao desmontar las “patrañas” que han extendido los grupos antivacunas, antes que instaurar la obligatoriedad de vacunar a todos los niños. Málaga zanjaba así, desde la perspectiva médica, la polémica de decretar por ley que las vacunas sean obligatorias tras la aparición de un caso de difteria en Olot en un niño que no había sido inmunizado.

El presidente de los casi dos mil especialistas reunidos estos días en el 63º Congreso de la Asociación Española de Pediatría, se mostró “claramente contrario” a dicha medida por considerar que en el momento actual “no está justificada”. Sin embargo, casi al mismo tiempo, la controversia seguía alimentándose ya que la monja benedictina Teresa Forcades defendía a los padres que no vacunan a sus hijos y denunciaba el negocio farmaceútico.

Para Málaga, “los grupos antivacunas no se dirigen solamente a los colectivos sociales marginales, sino que inciden, más si cabe, en las familias de alta posición económica, que piensan que para qué van a vacunar a sus hijos, si ya se vacunan los demás”. “Esta mentalidad -criticó-hace que niños que no se han vacunado se beneficien de los que sí lo han hecho”. “Pero vemos que esto puede fallar, como hemos visto que ha pasado con la difteria, y que ha pasado con la varicela, con el sarampión, etc”. Serafín Málaga remarcó, además, que “no existe ninguna controversia dentro del mundo científico sobre la idoneidad de la vacunación”. “Esa controversia puede haberla en las tertulias pero en el mundo científico no se verá a alguna sociedad que defienda la no vacunación”.

La crisis económica, que ha traído consigo un aumento del porcentaje de menores en riesgo de pobreza, lo que, según los expertos, repercutirá en la salud física y mental adulta de los niños es uno de los ejes centrales del congreso. Junto con la mala calidad de la dieta, ya sea por exceso o por defecto de determinados grupos nutricionales, o los alimentos modificados genéticamente, son algunos de los temas que van a tratar los expertos. Hasta el sábado, los cerca de 2.000 pediatras también debatirán sobre aspectos clínicos que están suponiendo nuevos retos para su especialidad como son el contacto y consumo permanente de contaminantes químicos, el uso de aplicaciones móviles o el aumento de la obesidad infantil, entre otros temas.

Pero la hoja de ruta de la reunión científica y técnica que acoge la capital vizcaína es mucho más amplia. Uno de los grandes retos pasa por el “reconocimiento de las especialidades pediátricas y por garantizar el modelo pediátrico español que se caracteriza por que los niños siempre sean atendidos por un especialista en la Medicina de la infancia”, explicó Antonio Jurado, presidente del Comité Científico del congreso.

Los dirigentes de la Asociación Española de Pediatría mostraron su preocupación por la falta de pediatras debida, en su opinión, a las pocas plazas de esta especialidad médica que se sacan a concurso en los últimos años y que no dan para reponer las vacantes por jubilación. Denunciaron asimismo que se intenten cubrir los puestos de estos especialistas con médicos de atención primaria que atiendan a adultos y niños en una misma consulta.

La doctora Magdalena Inés Cabeza, presidenta de la Sociedad Vasco-Navarra de Pediatría, aseguró, por su parte, que la pediatría en Euskadi “goza de buena salud”, ya que la comunidad cuenta con “hospitales de referencia de primera línea”.

No obstante, advirtió de que “no faltan retos para mejorar la asistencia sanitaria a niños y adolescentes”. Citó que es “trascendente abordar la especialidad desde la perspectiva de la continuidad asistencial, es decir, con mayor vínculo entre atención primaria y los hospitales de referencia”. Al mismo tiempo reclamó tener “una relación más estrecha” con otros profesionales relacionados con la atención en la infancia como los de la educación o los servicios sociales.