Madrid - Un 46,1% de los jóvenes entre 18 y 25 años, usuarios habituales de Internet y redes sociales, desconfía de la política convencional y defiende fórmulas alternativas de participación ciudadana donde la Red se sitúa como un canal privilegiado para la acción.
Ésta es una de las conclusiones de un estudio elaborado por el Centro Reina Sofía sobre Adolescencia y Juventud, a partir de una encuesta on line a 808 jóvenes con el objetivo de analizar cómo perciben la sociedad y la política, cuáles son sus canales de participación y qué papel juega en todo ello el uso de Internet.
Así, ocho de cada diez jóvenes creen que los partidos solo están interesados en su voto y no en su opinión, según la investigación, que confirma su creciente interés por la política, ya que el 41% se interesa por esta actividad en 2014, frente al 27% en 2008.
Durante la presentación del estudio Política e Internet. Una lectura desde los jóvenes (y desde la red), el director general del Centro Reina Sofía, Ignacio Calderón, insta a los partidos a pensar en un cambio de modelo para reconstruir la confianza y la credibilidad institucional, promover el debate y a favorecer la participación, ya que “los jóvenes ya no van a dar cheques en blanco” a las formaciones políticas.
tres grupos definidos Los jóvenes españoles se engloban en tres grupos definidos y diferenciados: activistas politizados (46,1%), conservadores institucionalistas (36,7%) e individualistas pasivos (17,2%), en función de sus posturas frente a la política, sus valores, el modelo social y político por el que apostarían o la consideración de sus acciones políticas.
Los activistas politizados están “muy interesados” por la política, aunque desconfían de la “política convencional” y defienden fórmulas alternativas de participación ciudadana a través de Internet y apuestan por acciones de presión y persuasión. Los conservadores institucionalistas entienden la política desde su lado más instrumental, abogan por gobiernos fuertes, asumen la necesidad de mantener el juego político y aceptan participar en él con acciones que no ponen en riesgo lo establecido. Los individualistas pasivos se caracterizan por aislarse en sus propios intereses y alejarse de lo colectivo, reconocen la importancia de Internet, aunque son quienes menos utilizan la Red para informarse o participar, y confían poco en los movimientos ciudadanos.
A pesar de que la mayoría de los jóvenes muestra un creciente interés por la política (41%), expresan desconfianza hacia la mayoría de las instituciones, especialmente los partidos políticos, la Iglesia y el sistema bancario, mientras que solo conceden un aprobado a los medios de comunicación a través de Internet y a las organizaciones no gubernamentales (ONG).
Entre los problemas más importantes de la esfera política, nueve de cada diez sitúan la corrupción política, seguida de la ausencia de interés de los partidos por los problemas reales de la gente y la falta de credibilidad y liderazgo de los representantes políticos. El interés por la política de los jóvenes está asociado a sentimientos negativos como la indignación, la desconfianza y la impotencia, con valores en torno al 50%.
Los resultados reflejan una crisis del modelo social imperante y la apuesta por el poder de la ciudadanía para cambiar la situación actual, aunque no cuestionan el modelo democrático y el uso del voto. Siete de cada diez jóvenes comparten expresiones como “si los ciudadanos se organizan es posible cambiar las cosas” o “el verdadero poder lo tiene la ciudadanía si es capaz de comprometerse”.
En cuanto a la práctica política real de los jóvenes españoles, los datos confirman una tendencia marcada por un bajo asociacionismo, con la excepción de los grupos deportivos o culturales (un 23%) y las organizaciones solidarias (un 17%). - Efe