Loiu - “Las procesiones van por dentro”, aseguraba ayer Josu Etxaburu, director del instituto de Elorrio, en el aeropuerto de Loiu. Etxaburu se desplazó hasta allí para acompañar a coger el avión de vuelta a casa a los 21 jóvenes llegados de Holanda que participaban en un programa de intercambio con el instituto de dicha localidad. Un vuelo que, casualmente, se dirigía a la ciudad de Düsseldorf, el mismo destino al que tendría que haber llegado el avión siniestrado el martes en los Alpes franceses con 150 personas a bordo. Entre ellos viajaban 16 estudiantes y dos profesores alemanes que habían estado de intercambio académico en un instituto catalán, concretamente en el IES Giola de Llinars del Vallès de la ciudad condal.

Los jóvenes recibieron la noticia en Elorrio, justo un día antes de poner rumbo a sus casas en un vuelo a Düsseldorf. Pendientes de los móviles y las últimas noticias, los estudiantes esperaron tranquilos la salida de su vuelo a las 13.10 horas, que partió con unos minutos de retraso. “Los vuelos nunca son fáciles y el de hoy es especialmente complicado, aunque los chavales tampoco han necesitado demasiado para estar tranquilos”, explicaba Etxaburu en el aeropuerto. “Las desgracias ocurren”, recalcaba el director recordando el accidente, “pero he de decir que estos chicos y chicas nos lo han puesto fácil y están todos muy tranquilos para viajar”.

Precisamente, la pasada semana el instituto de Elorrio recibió a otros 20 estudiantes de Alemania que participaron en este programa de intercambio. “No hace ni una semana que se han marchado y esperamos seguir realizando este tipo de encuentros”, dijo Etxaburu. El director aseguró, con respecto a los estudiantes fallecidos en el accidente del martes, que el siniestro ha afectado especialmente “a todos los que participamos en el programa de intercambios europeos. “Nunca hablamos de estas cosas porque, afortunadamente, no son usuales”, comentaba Etxaburu, que mostró junto a los estudiantes su pesar por el siniestro ocurrido.

Junto a este grupo de jóvenes, el resto de viajeros que embarcaron en el vuelo con destino a Düsseldorf se mostraron tranquilos con respecto al viaje que iban a realizar. “Se trata de accidentes puntuales. Salen muchos vuelos todos los días y esto no es algo habitual, así que en ningún momento me he planteado cancelar el billete, hay que seguir con normalidad”, aseguraba otro de los viajeros antes de subir al avión.

Durante la jornada de ayer en los mostradores de facturación de Lufthansa, la compañía a la que pertenece Germanwings, hubo el trasiego habitual de viajeros un miércoles cualquiera ajeno al siniestro aéreo que se había desencadenado en cielo europeo justo 24 horas antes. Desde la compañía aérea aseguraron que no estaba previsto la cancelación de ningún vuelo ayer en Bilbao, que esperaban mantener la normalidad en el aeropuerto y que no tenían noticias de que ningún pasajero hubiese cancelado su billete desde La Paloma. Aun así, los trabajadores permanecieron en los mostradores pendientes de atender todas las dudas y peticiones de información de los posibles usuarios preocupados que pudiesen acercarse hasta el aeropuerto, aunque finalmente todo transcurrió con normalidad.

Minuto de silencio A las 12.00 en punto de la mañana, todos los trabajadores de tierra de las compañías del aeropuerto bilbaíno se citaron en los mostradores de facturación para guardar un minuto de silencio. Lo hicieron precisamente a la hora aproximada en que tuvo lugar el siniestro del avión de Germanwings que se dirigía desde Barcelona a la ciudad alemana. A este minuto de silencio se unieron los estudiantes de intercambio que se disponían a embarcar y otros pasajeros que se encontraban en las instalaciones. Este gesto también se produjo en las escaleras del Ayuntamiento de Bilbao en una cita a la que acudieron el cónsul francés Fabrice Delloye, y el de Alemania, José Boogen Heudorf, además de la decana de los cónsules en la capital vizcaína Yolanda Rojas, y representantes del Colegio Alemán de la villa.

Asimismo, el Gobierno decretó tres días de luto oficial, por lo que durante los próximos días las banderas que ondean en el aeropuerto vizcaíno permanecerán a media asta en señal de duelo por la catástrofe.