París - Francia quedó ayer conmocionada por el macabro y trágico hallazgo cerca de Burdeos. La Policía francesa descubrió cinco cadáveres de bebés en la casa de un matrimonio de Louchats, un pueblo del suroeste de Francia. La Policía había interrogado en la jornada, y en calidad de testigo al marido, de 40 años, que había encontrado en el domicilio un primer cadáver de un recién nacido de 48 horas metido en una bolsa isotérmica, según informaron las cadenas iTélé y BFM TV. Durante el registro, los agentes hallaron otros cuatro cuerpos de neonatos sin vida en un congelador de la casa familiar.

Los primeros elementos de la investigación apuntan a que la esposa, de 35 años, habría disimulado los embarazos y dado a luz sola, según apunta el diario local Sud Ouest. La mujer se encuentra ingresada en el hospital universitario de Pellegrin, en Burdeos, donde se le practicarán exámenes ginecológicos y psiquiátricos antes de ser detenida. El matrimonio, que tiene dos hijos de 13 y 15 años, trabaja en la agricultura y no tenía antecedentes policiales.

Autopsias La Brigada de Investigación de Langon, en el departamento de la Gironda, ha recogido muestras de ADN del domicilio donde se encontraron los cadáveres, a los que se les practicará hoy la autopsia. Los resultados determinarán si tienen vínculos sanguíneos con el matrimonio y si los niños muertos son hermanos entre sí. También permitirán establecer si nacieron muertos o fueron asesinados. De confirmarse la hipótesis del infanticidio, sería el peor crimen de ese tipo registrado en Francia desde 2010. En julio de ese año, unos vecinos de la localidad de Villers-au-Tertre (norte) encontraron enterrados en su jardín bolsas de plástico con restos humanos. La investigación descubrió que una discreta madre de familia de la localidad, de 45 años, había asfixiado a sus ocho hijos recién nacidos, a los que mató y escondió durante más de una década. - Efe