MADRID. Así lo recoge el Observatorio Nacional de Agresiones de la Organización Médica Colegial (OMC), que en sus cinco años de funcionamiento ha registrado 2.058 agresiones.

Los datos, presentados hoy en rueda de prensa con motivo del Día Nacional contra las Agresiones en el Ámbito Sanitario, señalan que de los 344 casos de violencia en 2014, el 18 % conllevaron lesiones y, de ellos, un 12 % necesitó baja laboral, que aumentó desde el 9 % del año anterior.

En 2014 se analizaron 71 sentencias, de las cuales el 61 % fueron calificadas como delito (atentado, lesiones, amenazas, abuso sexual y alteración del orden público) y el 39 % de faltas.

A este respecto, el presidente de la OMC, Juan José Rodríguez Sendín, ha lamentado que la reforma del Código Penal, que acaba de aprobar el Senado, sólo haya reconocido las agresiones como delito de atentado, lo que ya estaba recogido en la jurisprudencia, y ha subrayado que en otros aspectos "lo que se ha hecho es regresivo".

El nuevo Código Penal "ha rebajado las penas" y en algunos casos "empeora la situación", ha asegurado Sendín, quien ha criticado que desaparecen las injurias, por lo que "en el acto médico se puede insultar" al profesional.

"Tenemos más bien poco que agradecer, sino al contrario". La reivindicación de la OMC era una ley específica sobre agresiones a médicos.

Según los datos recogidos, el 66 % de las agresiones se denunciaron, un porcentaje que ha disminuido ligeramente desde el 74 % de 2010.

En este sentido, el vicepresidente de la OMC, Serafín Romero, ha explicado que se puede pensar que la precariedad laboral puede llevar a que cualquiera pueda "retraerse a la hora de plantear una denuncia", si bien ha subrayado que las administraciones sanitarias "están haciendo una apuesta decidida por defender al profesional agredido".

Los datos rebelan también que el 87 % de las agresiones se producen en el sector público y el 13 % en el privado, donde han aumentado respecto al año anterior.

Precisamente fue en la sanidad privada donde Guillermo Muñoz, médico de urgencias, fue agredido. La presunta agresora fue una madre de dos niños, a uno de los cuales atendió este profesional en su domicilio de la calle Goya de Madrid, a donde acudió tras recibir un aviso.

Según el testimonio del doctor Muñoz, la señora le recibió "alterada". Después de valorar el estado del niño y recetarle paracetamol, la madre empezó a gritarle, a insultarle y a pegarle patadas y puñetazos, una actitud que se prolongó incluso en el descansillo cuando el médico ya abandonaba la vivienda.

"Después de trabajar con bastante comodidad durante 32 años, ahora cada vez que recibo un aviso, entro en las casas con mucho recelo, con mucha prudencia por lo que me puedo encontrar", ha relatado.

Muñoz interpuso denuncia en la comisaria y está a la espera de que su caso llegue a la vía judicial.

Las causas principales de los actos de violencia son la discrepancia con la atención recibida (30 %), seguida del tiempo en ser atendido (12 %) y discrepancias personales (11 %), mientras que hay un porcentaje significativo (23 %) que responde a "otras causas" sin tipificar.

"Cuando se rompen la expectativas y, sobre todo, cuando el paciente no queda satisfecho, el que pone la cara es el profesional sanitario", ha recalcado el presidente de la OMC.

Al igual que en años anteriores, el 48 % de las agresiones se produjeron en atención primaria y el 16 % en hospitales.

En cuanto a los agresores, ha aumentado el porcentaje de familiares de pacientes -pasa del 25 al 31 %). El 36 % son pacientes programados, es decir, con cita previa.

El 60 % de los médicos agredidos no recibió apoyo o asesoramiento del centro/empresa donde realizaban su trabajo en el momento de la agresión.

Como cada año, el Observatorio ha hecho público un Manifiesto en el que hace un llamamiento a adoptar "las medidas necesarias para proteger a los profesionales y, con ellos, al conjunto del sistema sanitario".